Columna Oh my blog! 7 / Blogs de presidenciables

OH, MY BLOG!

Fome

Por Miguel Paz / La Nación Domingo (23 de octubre de 2005)

¿Puede haber algo más fome que el foro presidencial que hubimos de sufrir el miércoles? Pues sí, los blogs de los candidatos presidenciales. Montados por asesores, redactores en negro, publicistas, colaboradores entusiastas y personajes ociosos con un sentido místico de la misión proselitista, los blogs de los candidatos a la Presidencia del Reino de Chile no están a la altura. Porque no los escriben ellos. Así de simple.

Su “fomedad” radica en que no apuestan al formato, le temen al riesgo, no demuestran astucia, filtran preguntas y comentarios; una vez se escriben en tercera persona, la siguiente en primera persona. En síntesis existen sólo para que el respetable pueda decir: “Oye, ¿viste que él/ella también tiene blog?”. O sea, que él/ella es moderno/a. Está interesado/a en la alfabetización digital, o cualquier otra pelotudez del ramo.

Sin embargo, el intento por demostrar que el o la candidato/a está arriba de la ola se cae como sus respuestas del foro de marras, que no por políticamente correctas no dejan de ser maquetas preconcebidas del buen decir. Una versión torcida del concepto del bueno de Baruch de Spinoza.

Así, el blog de Sebastián Piñera se llama “Camino por Chile” y en él, Piñera -o alguien que se hace pasar por Piñera- escribe sobre cosas que distinguen el alto vuelo que ha tomado nuestra política. Habla de descentralización, felicita a los profesores, discurre sobre Kenita Larraín y “Rojo vip”, etc.

En el blog de Michelle Bachelet tampoco se despliegan asuntillos espinudos, como el ingreso de los bancos a las AFP, tema candente que quedó para su período presidencial, ni se demuestra un gran interés por interactuar con los lectores. De entrada, se aclara que es un espacio de diálogo ciudadano en el que la candidata participará en la medida que la campaña se lo permita. Un columnista español envió hace poco un par de preguntas para la candidata y un anónimo colaborador las respondió con un “muchas gracias, pero Michelle no le escribirá; con mi respuesta basta”. O sea, ni chichá ni limoná.

Joaquín Lavín no tiene blog. Tal vez porque se le colapsaría con comentarios. Quién sabe. A lo mejor no tiene el coraje de Hermógenes, que recibe estoico cada comentario en el nuevo y enredado sistema blog de “El Mercurio”. La sorpresa del torneo, el jugador que pica de atrás, Tomás Hirsch, en su página web responde preguntas con la misma franqueza que evidenció en el foro, salvando la noche y esta pasada de blogs presidenciales.

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