domingo, 18 de diciembre de 2005

Columna15 / Oh my blog!

Oh, My Blog!
The End

Por Miguel Paz / La Nación Domingo (18 de diciembre de 2005)


Como todas las cosas esta columna también se acaba. Y hoy le ponemos la lápida con una suerte de balance. Esta fue una sección que buscó explicarle a gente que lee “offline” o en papel lo que está sucediendo en la red. Después de 15 semanas la suma y resta da positivo, pero quedan muchas dudas y preguntas sobre el futuro de la llamada “blogósfera”.

La gracia de los blogs, como señala el autor de “Sombra” (http://sombra.lamatriz.org) es que no tienen línea editorial porque sus creadores la crean sobre la marcha. Mejor dicho aún, tiene la línea editorial que sus propietarios deseen darle o modificarla según el ánimo del día. Son una herramienta de la que cada vez parece más fácil hacer una carrera, o al menos empezarla y ser leído y testeado por la audiencia. En ese sentido y en relación a los medios, los blogs permiten el acceso al foro de la opinión y democratizan el exhibicionismo en función del talento. O sea cumplen dos premisas ocultas: La primera, de que todos queremos ser leídos y escuchados. La segunda, de que los méritos -o el viejo concepto de la meritocracia- otorgan frutos para aquel “bloguero/a” que demuestre saber de lo que está hablando y ofrece un punto de vista atractivo para una comunidad de lectores.

Ahora ¿por qué el fenómeno blogger en Chile es tan fuerte? Respuesta engañosa: Exhibicionismo. Pero más aún se debe, creo, a la falta de ciertos temas ciudadanos en las agendas noticiosas de los medios y a una falta de canales de expresión ciudadana, toda vez que el campo de la política y la burocracia estatal, se han demostrado inoperantes en relación a las demandas de la población. Por último, el fenómeno puede radicarse en el problema, no menor, de los reducidos márgenes para ejercer la libertad de expresión en el país.

Y es allí, entre otras áreas, donde el mundo de los blogs ofertan cualidades no sujetas a códigos de qué se puede escribir y de qué no, ni a dinámicas ideológica, de propiedad y de alianzas político-religioso-educacionales. Ya que pueden sortear la cuestión básica: no se puede tapar el sol con un dedo cuando hay cientos de nanomedios de comunicación (blogs) que pueden poner luz sobre áreas oscuras, o al menos grises. Ya que gracias a la “blogósfera”, lo que no aparece en un medio, podrá aparecer en un blog, como dice Javier De Ugarte (www.deugarte.com): “La blogsfera es un medio de comunicación distribuido, público y gratuito transnacional. La primera esfera pública democrática real y prácticamente universal. Si los medios y sobre todo la televisión habían privatizado la vida pública y el debate político, reduciendo el imaginario a un espectáculo totalitario producido industrialmente según los mismos patrones de la producción de las cosas, la blogósfera representa el comienzo de una verdadera reconquista de la información”. Si bien esta definición abiertamente optimista puede caer en la futurología descabellada de un paraíso principista, logra situar a los blogs en un nicho de comunicaciones virales que tiene una potencia que reside “en que desaparece de hecho la capacidad de filtro”. Y eso ya es un avance. ¿O no queridos lectores?

1 comentario:

Jessica dijo...

Optimista, pero lúcido en el diagnóstico me pareció la cita. Lamento que termines la columna y espero que no se haya debido a los comentarios pesados en torno al "pitéate a ...". Echaré de menos tu columna, que leía en papel y/o tu blog.