Esta mañana Genaro Arriagada anunció el cierre definitivo de Diario Siete. La carta se puede leer en El Mostrador.
Una lástima pero se veía venir. Sería fácil culpar a Saieh del descalabro pero aquellos que estuvieron en la cocina chica de este proyecto, inclusive en su última etapa apuntan sus dardos a los socios vinculados a la Concertación.
Nada nuevo en todo caso. Los chicos del oficialismo suelen entusiasmarse con la idea de crear un medio y pavonearse diciendo que son socios de un diario "progre" pero cuando pasa un año y llega la hora de poner más lucas -ampliación de capital le llaman a eso-, ya no les parece una cosa tan glamorosa.
Igual, es raro. Quienes conocen este negocio saben perfectamente que alcanzar el break even para financiarse suele tardar como mínimo dos años sino es que más.
¿En qué habrá estado pensando Arriagada et al cuando se embarcaron en el proyecto? Tengo un par de teorías y uno que otro dato guacho.
Para conocer más de esta y otras noticias tras las bambalinas de la prensa les recomiendo el blog de Angélica Bulnes, El Medio Blog. Incluye mucho dato duro y filete en off de primer corte.
*Para nostálgicos: Diario Siete debuta mañana en los kioscos de Jaguarlandia
1 comentario:
Si Chile fuera EUA, es decir con jueces que crean leyes a partir de los vacíos legales en vez de pelmazos expertos en sobreseimientos, ya me veo a Arriagada y González demandando a los grandes avisadores de nuestro país bajo el rótulo de "hostigamiento".
Mediante los mismos argumentos que nosotros conocemos (el cartel avisaje-prensa escrita, los emparentamientos, compromisos e intereses varios como el préstamo que hicieron La Tercera y El Mercurio de sus marcas a los supermercados Líder), podría sustentarse una demanda que pruebe que existe una asociación ilícita entre medios y prensa escrita, la cual deja fuera del mercado a los medios novedosos que pretendan quebrar la tendencia.
Así, Diario Siete habría podido financiarse gracias a los réditos de una indemnización.
Lamentablemente, carecemos de esa estructura de justicia, sin embargo, nuestros Parlamentarios podrían hacer algo por esto y crear leyes que obliguen a los avisadores de la prensa escrita a ceñirse estrictamente a LOS INTERESES DEL MERCADO por sobre los INTERESES PERSONALES de los capitalistas (de lo contrario, indemnizar a el o los medios afectados). Así saltaríamos unos lugarcitos en el ranking de Transparencia Internacional.
Bx
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