domingo, 16 de julio de 2006

Entrevista / Pepe Auth y el cambio de gabinete


Pepe Auth comenta el segundo tiempo de Bachelet
"ESTE GABINETE DEBE SER MUCHO MÁS PROACTIVO"




La llegada de Belisario Velasco al Ministerio del Interior “es la señal más poderosa” del cambio en el equipo de la Presidenta, según el secretario general del PPD. Con metáforas futboleras, asegura que “las necesidades del juego exigen jugadores” con mayor protagonismo y que sirvan como barrera de protección para que no le pasen goles a la Mandataria.

Por Miguel Paz / La Nación Domingo (16 de julio de 2006)


–Bitar volvió a decir el viernes que “cuando un ministro no funciona se cambia” ¿Los ministros Zaldívar, Zilic y Antonijevic no funcionaron?
–Ya que estamos saliendo del Mundial de Alemania, usemos un ejemplo del fútbol: los cambios en el equipo se hacen no sólo porque alguien esté jugando mal, sino porque las necesidades del partido exigen otro tipo de jugadores.

–¿La gestión de los ministros salientes fue deficiente?
–No pienso que uno pueda evaluar las gestiones de los ministros, particularmente la de Andrés Zaldívar, como deficientes. No lo evaluaría así. Ahora, nada garantiza que cuando uno hace un cambio en el equipo se produzcan los efectos deseados.

–¿El nuevo diseño apuesta a que la fortaleza del gabinete radique en el ministro del Interior? ¿Cómo ve la designación de Belisario Velasco?
–Habrá que verlo. Belisario Velasco tiene experiencia en ese tipo de gestión. Lo que me parece de mayor relevancia es que el cambio logre producir una barrera de protección de la figura presidencial. Normalmente, la franja de protección del Ejecutivo trabaja, pone el pecho, enfrenta los problemas, y la figura presidencial recibe una mayor protección vía vínculo directo con la ciudadanía y vía intervención en los momentos que esa barrera ha sido sobrepasada. El problema que ha habido en esta fase es la delgadez o la inexistencia, a veces, de esa barrera.

FRANJA DE PROTECCIÓN

–Se le criticó a Bachelet que con la “leída de cartilla” a sus ministros, les quitó piso político para trabajar con fluidez y ejercer como barrera.
–Concuerdo con la necesidad de “empoderamiento” de los ministros. Tienen que ser una franja de protección y de acción más protagónica. Deben hablar más sobre lo que hacen. Porque cuando un gabinete no habla, otros hablan por él y dicen lo que quieren, no lo que uno desea. Este gabinete debe ser mucho más proactivo y presente en la escena comunicacional. Los ministros deben salir a defender sus políticas y promover sus acciones con más soltura de la que han tenido en estos meses de ajuste.

–¿Uno de los errores de Zaldívar fue no proteger a Bachelet?
–No creo que sea una cuestión de falta de deseo o de capacidad de Andrés Zaldívar para hacerlo. Más bien, es una cosa de concepto y diseño. No hay falta de voluntad de Zaldívar para ejercer ese rol, sino que una falta de traslado de poder al ministro para que pueda desempeñarlo.

–¿Ha existido un vacío de poder en el Gobierno?
–Lo que ha habido es un tipo de relación donde el traslado de poder a los ministros ha sido insuficiente. La Presidenta necesita que su gabinete tenga más poder, que lo ejerza, que haga vocería integral. La vocería nunca se ejerce a través de una o dos figuras, es el conjunto del Gobierno el que debe hablar, y eso es lo que ha de venir en esta fase.

–¿No se leyeron bien las aspiraciones de la sociedad chilena?
–Lo que ocurrió es que no se asumió lo que significaba el cambio que está viviendo Chile. Por decirlo de una manera provocativa, a la sociedad ya no le basta la democracia participativa y quiere hacer valer su voz. En consecuencia, puede desatar sus expectativas más abiertamente y puede salir de la desesperanza aprendida frente a las injusticias estructurales. Ese escenario explica la emergencia de Michelle Bachelet. Muchos han dicho que la Presidenta ha desatado expectativas. Yo creo que es al revés. Es una sociedad que aumenta sus expectativas la que elige a Michelle Bachelet.

–¿Ver al Gobierno con freno de mano explica la baja de Bachelet en las encuestas?
–Exacto. Un Gobierno en tiempo de articulación con una sociedad desplegada produce este desajuste, que fue tan evidente en la movilización pingüina.

NUEVO RITMO

–¿Ella conversó con ustedes del cambio de gabinete?
–No. Nosotros fuimos informados del cambio de gabinete, después que la Presidenta tomó su decisión, el mismo día viernes.

–Entran tres DC y sale un PPD. ¿Se sienten afectados?
–Lo del PPD es una anécdota. Para nosotros no tiene relevancia, eso puede modificarse mañana. No estamos en el Gobierno sacando cuentas de cuáles y cuántos ministerios tenemos.

–¿Esperaba un cambio de gabinete mayor?
–Volviendo al fútbol, en un partido se admiten tres cambios.

–Pero en política se puede cambiar todo el equipo.
–Se puede. Pero la Presidenta evaluó que era innecesario. A veces, con un mínimo ajuste de piezas, puedes producir otro estado de ánimo. Creo que esto tiene mucho que ver con la necesidad de cambiar de “switch”. Es como cuando el computador está trabajando lento y uno aprieta “reinicio” para que haya un nuevo ritmo. De todas maneras, es una señal fuerte para el propio gabinete y también para la sociedad. Ahora, la evaluación específica de por qué cambia uno u otro ministro es más compleja. Naturalmente, cambia el ministro del Interior, la cabeza del gabinete, y esa es la señal más poderosa.

–¿El Gobierno de verdad parte ahora?
–No. Cuando uno hace “reinicio” no significa que no haya hecho un recorrido.

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