lunes, 10 de marzo de 2008

Comunicar con voz de RDA




Ciper Chile publicó hoy el adelanto del capítulo "sobre la política comunicacional de Michelle Bachelet que forma parte de un libro del Centro de Competencia en Comunicación de la Fundación Friedrich Ebert, que incluirá doce países de América Latina". ¿La gracia? Que por primera vez el "polémico" director de la Secretaría de Comunicaciones, el periodista Juan Carvajal Trigo da su visión sobre su trabajo en La Moneda. De forma acertada además, la autora de este trabajo Francisca Skoknic, consigue que el publicista Martín Vinacur, respnsable de la franja dela campaña de Bachelet, hable del manejo de imagen de la Presidenta. Por sobre todo, quizá lo más notable, son las opiniones de Carvajal. Vale la pena leerlas entrelíneas. Sirven para comprender por qué a estas alturas del partido, aún hay gente que cree que la teoría de la comunicación es una sola. También, que los mismos, con una ingenuidad que provoca ternura, piensan que pueden dominar la agenda noticiosa cuando en realidad sólo pueden influir en parte de ella.


Párrafos destacados:


La encargada de prensa advierte que “aquí la Presidenta no va a hablar”, pero los periodistas se ordenan detrás de una balaustrada portátil –como las que delinean las filas en los bancos- y preguntan igual al paso de la Mandataria los temas de la contingencia. Qué pasa con el diálogo con la derecha y qué piensa de las críticas del Papa Benedicto a la píldora del día después. Ella sólo avanza hasta su Peugeot. “Ya le bajó el mutismo de nuevo”, se queja un reportero. Todos corren a despachar. La noticia es el empleo.

“Los grandes ejes de la política comunicacional son los grandes ejes del gobierno de Michelle Bachelet. Un gobierno que se declara y que se percibe como cercano a la gente, un gobierno que se propone crear un sistema de protección social, que tiene implícito incentivar la innovación y el emprendimiento, un gobierno que busca un nivel de diálogo y de interacción con la ciudadanía mucho más fuerte y efectivo”, define el director de la Secretaría de Comunicaciones del gobierno, Juan Carvajal.

Uno de los pilares de dicha política es la de una Presidenta “en terreno”. Pero, ¿llega el mensaje a todo el mundo? “El nivel de cobertura televisiva que tiene la presidenta en sus declaraciones, en sus referencias, en sus temáticas, tiene amplio espacio”, asegura Carvajal, quien destaca que la TV es la principal fuente de información de la ciudadanía. “El 70% de la información que recogen los medios proviene de las fuentes del Estado y nuestro trabajo es hacer que el máximo de esas noticias sea reflejo de verdad de políticas públicas”, agrega.

Y aunque Carvajal no lo dice, en el gobierno reclaman que para posicionar sus mensajes en la prensa escrita deben lidiar con el hecho de que está dominada por dos consorcios cercanos a la derecha. “Se ve a los medios como enemigos”, reconocen dos periodistas de gobierno, afirmación que es negada por Carvajal.

“Nosotros ya tenemos ganado un sello para la historia chilena. Podemos hacer nada, pero por definición esta es la primera mujer que se transformó en Presidenta de Chile. No nos interesa quedarnos solo con ese sello, pero eso ya te marca un antes y un después, entonces es inevitable que ella hable mucho del tema. Primero porque es mujer, segundo porque hay un nivel de participación, de discriminación y de machismo en la sociedad chilena que estamos combatiendo”, explica Juan Carvajal.

Los comunicadores de La Moneda también han sido tema. Al asumir Michelle Bachelet, la Secretaría de Comunicación que dirige el periodista Juan Carvajal tomó un protagonismo que no tuvo durante la administración anterior. A Carvajal se le ha comparado con un ministro más, una de las personas con mayor acceso a la Presidenta, pese a que siempre permanece en un discreto segundo plano. De hecho, la entrevista que concedió para este libro es la única que ha dado.

Una de las señales de que la relación con Carvajal sería mejor que las de su antecesor es que Vidal visó la publicación de un diario para difundir los beneficios y logros del gobierno que Lagos Weber había vetado en la que fue la más pública señal de sus roces con Carvajal. Pese a ello, entrevistado para este libro cuando Lagos aún era ministro, Carvajal explicaba que el proyecto no estaba descartado: “Nuestra tarea es garantizar que la gente se entere adecuadamente de los beneficios gubernamentales, quiénes los ameritan, cómo pueden acceder a ellos. Tenemos que usar todos los mecanismos que tengamos a la mano y los medios de comunicación ya no nos permiten eso”.

El primer impasse con los medios ocurrió recién iniciado el gobierno, cuando se anunció que la nueva política comunicacional prohibía que los funcionarios hablaran “off the record”. Los dos principales diarios terminaron sacándoselo en cara. El Mercurio publicó que fueron dos ministros los que filtraron el contenido de una de las primeras reuniones y La Tercera cuestionó que la propia Bachelet tuviera un “off” con los periodistas de La Moneda. Esto último sucedió durante una sorpresiva visita de la Presidenta a “La Copucha”, como se llama la oficina donde trabajan los reporteros.

Luego, los corresponsales extranjeros se quejaron públicamente porque no les contestaban los llamados, les cancelaban entrevistas y les negaban información, un problema que se arrastraba desde la campaña. “Había mucho blindaje, era un triunfo tener una entrevista con un ministro”, dice Marcial Campos, presidente de la Asociación de Corresponsales Extranjeros, quien reconoce que después de muchos reclamos la situación ha mejorado.

De fondo parece estar la idea de proteger a Bachelet de cometer errores y de que hable sólo de los “grandes temas”, aunque en la práctica se ha criticado justamente que entra en temas que no corresponden a la investidura presidencial y que evade tópicos ineludibles de la contingencia, lo que la aleja de la realidad. Además, los periodistas dicen que no hay otras fuentes disponibles que permitan profundizar los temas enunciados por la Presidenta.

También hay molestia entre los periodistas por las puestas en escena, que no siempre son adecuadas para la televisión, y porque en las giras presidenciales las actividades contemplan escaso tiempo para que los medios realicen sus despachos, lo que atenta contra la información que llega a Chile. Además, en las salidas a terreno los obligan a pararse detrás de una balaustrada para hacer preguntas, las que antes son “filtradas” por los encargados de prensa., que quieren saber cuál será la interrogante y evitan ciertos temas. Los que más incomodan, dicen, son la política partidista y la economía.

Juan Carvajal defiende el derecho de pactar previamente las preguntas en entrevistas o salidas a terreno: “¿Conoces un jefe de prensa de alguna institución que no busque saber qué van a preguntar los periodistas?(…) Un presidente tiene que enfrentar todos los días a la prensa, es una cosa muy dura. Puedes tener en una semana veinte problemas y en una palabra puedes generar dinámicas y complicaciones fuertes”.

1 comentario:

Metal Guru dijo...

Carvajal fue el que sapéo a Ariel Antonioletti, que luego fue asesinado por el Estado en su domicilio. Un personaje muy oscuro este Juanito, por cierto.