lunes, 24 de marzo de 2008

El avión, el avión



El lunes parte la FIDAE y continúa hasta el 6 de abril. Habrá venta de armamento y negocios varios.
Como conté en enero pasado, durante la feria la Fuerza Aérea pretende anunciar la compra de nuevos aviones de entrenamiento para sus pilotos de F-16.
La incorporación de 28 cazabombarderos norteamericanos a la flota de la FACH hace unos años, se convirtió a poco andar en un pequeño dolor de cabeza. Debido a su tecnología, las aeronaves de entrenamiento Pillán y A-36 (o CASA C-10) no servían para enseñar a pilotar F-16, así que en 2004 Michelle Bachelet, en su calidad de ministra de Defensa, firmó un convenio con el gobierno de Turquía para que los pilotos chilenos practicasen en aviones de la fuerza aérea de ese país. El costo: alrededor de 2,5 millones de dólares por oficial.

Los modelos en carrera para reemplazar a los Pillán y A-36 son: el SuperTucano de la brasileña Embraer y el PC-21, de la compañía suiza Pilatus Aircrafts. Lo más seguro es que la FACH se incline por las naves suizas. Compraría entre 14 y 20. El negocio para Pilatus es jugoso: el fisco desembolsará entre 160 y 200 millones de dólares, dependiendo de la cantidad de aviones, para la operación. Entre el 4 y el 10% del monto total -no lo sabemos porque Defensa lo pone como "secreto"- quedará en manos del representante de Pilatus en Chile: nada menos que Conrado Ariztía, ex militar investigado por tribunales chilenos y belgas por su vinculación con la compra de aviones Mirage que hizo la FACH a su contraparte belga que derivó en un escándalo de corrupción que salpicó al ex comandante en jefe de la FACH Ramón Vega y a su familia.

En el caso Mirage, Ariztía aparece involucrado en transacciones diversas. En sus cuentas, según la investigación de ese país, entró un millón de dólares y otro tanto salió de ahí mismo para pagar a oficiales de la FACH.

Como el martes Bachelet estará en el acto de aniversario de la FACH en el norte de Chile no sería malo preguntarle ¿o sí?

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