El último capítulo de la acusación constitucional de la suspendida ministra de Educación tiene varias aristas. Yasna Provoste puede morir cívicamente. Inmolarse. O resucitar. Si la destituyen, Bachelet tendría más leña para el discurso del femicidio político, pero Pérez Yoma quedaría como el “que dijo que no había que llegar hasta aquí”. La derecha podría ganar fuerza, sentido de cohesión y poder, pero podría salir trasquilada si las encuestas arrojan una percepción aún más odiosa del sector en la opinión pública. Lee punto por punto los distintos escenarios probables para el oficialismo y la oposición.
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