(Vía El Mostrador)
Las polémicas declaraciones del subsecretario de Previsión Social Mario Ossandón, quien aseguró que en el Estado la meritocracia es un mito y que el Gobierno deberá capitalizar sus logros pensando en las elecciones, no son el único tema por el cual el apellido Ossandón es muy conocido en La Moneda. Mario Ossandón Cañas es hermano de Guillermo Ossandón, líder histórico del Mapu-Lautaro, condenado a cadena perpetua por el rescate desde el Hospital Sótero del Río del militante de esa organización Marco Ariel Antonioletti en noviembre de 1990. Luego de la operación en la que murieron cuatro gendarmes y un carabinero, Antonioletti fue llevado por el grupo que lo sacó del Hospital a la casa del actual director de comunicaciones del Gobierno Juan Carvajal Trigo en la Villa Japón.
En aquel entonces Carvajal era editor internacional de Fortín Mapocho y no estaba en su casa cuando llegaron los lautaristas a dejar a Antonioletti. Una vez enterado de que el joven era buscado en un intenso operativo policial, Carvajal tomó contacto con su amigo Ricardo Solari y este informó de la situación al subsecretario del Interior Belisario Velasco, quien envió a un contingente de la Brigada Investigadora de Asaltos de la Policía de Investigaciones hasta la casa de Carvajal para detener a Antonioletti. En vez de eso el militante del Lautaro fue muerto de un balazo en un confuso enfrentamiento y ninguno de los policías fue herido. El caso y sus repercusiones llevaron a Carvajal a autoexiliarse en Costa Rica, de donde regresó en 1994 para sumarse a la Secretaría de Comunicaciones y Cultura (Secocu) del Gobierno de Eduardo Frei.
En aquel entonces Carvajal era editor internacional de Fortín Mapocho y no estaba en su casa cuando llegaron los lautaristas a dejar a Antonioletti. Una vez enterado de que el joven era buscado en un intenso operativo policial, Carvajal tomó contacto con su amigo Ricardo Solari y este informó de la situación al subsecretario del Interior Belisario Velasco, quien envió a un contingente de la Brigada Investigadora de Asaltos de la Policía de Investigaciones hasta la casa de Carvajal para detener a Antonioletti. En vez de eso el militante del Lautaro fue muerto de un balazo en un confuso enfrentamiento y ninguno de los policías fue herido. El caso y sus repercusiones llevaron a Carvajal a autoexiliarse en Costa Rica, de donde regresó en 1994 para sumarse a la Secretaría de Comunicaciones y Cultura (Secocu) del Gobierno de Eduardo Frei.
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