
Inversiones hechas para establecer mandos en terreno que fueron anunciadas con bombos y platillos. Planes de coordinación que aseguraban que la organización estaría lista para responder ante un sismo de gran intensidad. Alertas de maremoto que no se dieron pese a estar en sus manuales. Todo está registrado en los documentos y comunicados oficiales del organismo liderado por Carmen Fernández. Sigue leyendo
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