lunes, 7 de enero de 2002

Reportaje FPMR

El Frente en la encrucijada
¿ADIÓS A LAS ARMAS?

El secuestro del publicista y empresario brasileño Washington Olivetto y la reaparición del comandante del FPMR Mauricio Hernández Norambuena en esta operación, de buenas a primeras frenarían de golpe la aplicación de un nuevo intento de reinserción política de la organización rodriguista, reabriendo heridas, creando confusión y dando argumentos a la derecha y al gobierno para presionar a Cuba para que informe el paradero de frentistas que estarían en la isla. Sin embargo, hasta ahora no se ha dicho todo lo que está en juego y el movimiento silencioso de piezas en el tablero lo confirma.

Por Miguel Paz / Revista El Periodista (Enero de 2002)

Cuando el pasado 11 de diciembre un grupo de sujetos disfrazados de policías federales brasileños secuestró al publicista Washington Olivetto, se dio inicio a una operación del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) que fracasó 53 días más tarde, dejando no sólo inconcluso el financiamiento de una nueva etapa dentro de la organización, sino que además profundizando las confusiones ya existentes dentro del rodriguismo y abriendo un flanco para que la derecha presione al gobierno en cuanto a las relaciones con Cuba y, de paso, abra viejas heridas dentro del PC.

A casi un mes de la detención de Mauricio Hernández Norambuena, el comandante “Ramiro”, o “El Abuelo” como le llaman cercanos, en Sao Paulo, todavía se siente el remezón que su caída provocó al interior del FPMR. Las primeras reacciones no oficiales de algunos militantes que hablaron con la prensa fueron insinuar que no se trataba de una acción de la organización y que “Ramiro” estaba levantando su propio referente, para lo cual buscaba financiamiento.

Otros rodriguistas han salido al paso de estas afirmaciones y han indicado que los fondos de esta operación encabezada por “Ramiro” estaban destinados a la rearticulación de la organización, pero no en el sentido militar como han insistido los análisis de personeros del gobierno y de académicos vinculados a la inteligencia estratégica, sino que en su reinserción en el trabajo político de base.

No obstante las distintas versiones sobre los objetivos de Mauricio Hernández, recién el 11 de febrero, una semana después de la aprehensión de “Ramiro” y su grupo, el vocero oficial del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, Leonardo Tapia, rompió el silencio para emitir una poco clara declaración en la que negó que el secuestro de Olivetto tenga algo que ver con el Frente, pero afirmando que la acción de Hernández se circunscribe a la política internacional de la organización de aunar esfuerzos y voluntades con las diversas entidades político-revolucionarias del cono sur. Pese a lo paradójico de sus palabras, Tapia sí fue preciso al confirmar que el Frente desde 1996 discute un proyecto alejado de las armas y que “tiene como norte la generación de un gran movimiento social, principal protagonista de la lucha por las transformaciones que la sociedad necesita con urgencia”.

En este sentido, fuentes rodriguistas hacen referencia a la aplicación de las conclusiones del Proceso de Discusión Interna (PDI), que desde mediados de la década pasada realiza el Frente y que se encuentra en su etapa final. Las directrices de esta “Búsqueda de un nuevo proyecto para el FPMR”, como se titula el documento, apuntan, ante el crecimiento de la UDI en amplios sectores populares, a fortalecer el trabajo social y ganar espacios políticos en la base social, de manera más eficiente, rápida y multisectorial que lo conseguido hasta ahora a través de los “colectivos rodriguistas”, pequeños grupos de militantes de base que han intentado sin éxito sustantivo rearticular el trabajo social en distintas poblaciones de Santiago.

De ahí la necesidad de reinsertarse -incluso creando un nuevo nombre para la organización- utilizando herramientas ideológicas y el pragmatismo que tan buenos resultados le ha dado a la derecha. Y para entrar en esa batalla, recalcan las fuentes, se necesitan abultados fondos. Pero el currículo de Hernández Norambuena -hombre carismático, profesor de educación física, fanático del fútbol y líder indiscutido por su costumbre de participar en terreno de las acciones planificadas- abre consistentes sospechas de que vaya a abandonar el trabajo militar.

De hecho, cuando se inició la transición y el FPMR se abría al debate de buscar una senda eminentemente política, “Ramiro”, como jefe del aparato militar y con el apoyo del también comandante Juan Maco Gutiérrez Fischmann, “El Chele”, golpearon el tablero en 1991 dando muerte al senador de la UDI Jaime Guzmán y obligando al entonces número uno de la Dirección Nacional (DN), Galvarino Apablaza, comandante “Salvador” -quien veía con buenos ojos la opción más política-, a reivindicar la acción, quebrando la discusión interna y cerrando a la organización en lo militar.

Otro hecho abre las dudas sobre las intenciones de “Ramiro”. Durante el largo proceso que ha significado el PDI dentro del Frente, Hernández Norambuena se mantuvo como representante del denominado “grupo duro” y en una fuerte disputa con Apablaza, lo cual gatilló que finalmente el número uno de la organización abandonara las filas del FPMR. Mientras al interior del Frente corrían fuertes rumores de que Hernández Norambuena habría estado a fines de 2000 en Chile para zanjar la disputa, en una carta escrita a los rodriguistas en enero de 2001, “Salvador” advierte que los problemas en la conducción de la organización han llevado al Frente a un ostensible deterioro y la existencia de posiciones irreconciliables. “Estas diferencias se vieron agravadas por un sistema que no acepta críticas ni cuestionamientos, propio de una mentalidad operativa que busca vencer y no convencer, subestima los esfuerzos por el análisis e impide una lectura acertada de la realidad. Las limitaciones e incapacidades pretenden ser compensadas o superadas con ‘decisión’ y ‘voluntad’. La ausencia de condiciones objetivas se intenta llenar con derroche de subjetivismo, por más que se acepten los cambios ocurridos en el mundo, se vuelve a imponer una misma forma de hacer política, creyendo que una nueva intencionalidad puede marcar una diferencia o una calidad diferente”, señala Apablaza en clara alusión a “Ramiro”. Y agrega: “Es un mito atribuir a los éxitos un valor meramente operativo y técnico y un error asumir a quienes formaron parte de esta línea como lo más representativo en cuanto a valores del rodriguismo. Partiendo de este postulado se pretende hacer política mediante recursos operativos, intentando trasladar de manera mecánica métodos y formas del quehacer operativo a la acción política”.

La misiva no hizo más que corroborar los problemas que se arrastraban desde 1998 al interior del FPMR, cuando las fuertes diferencias entre la Dirección Política Interior -que pedía a gritos que se reforzara y priorizara el trabajo político- y la Dirección Nacional se manifestaron de forma más abierta, lo cual implicó que finalmente los comandantes enviaran un emisario a aquietar las aguas. Con la carta entregada a la militancia, “Salvador” sepultó su opción al interior del Frente y dio pie a Identidad Rodriguista, una nueva vertiente de la organización públicamente representada por Vasily Carrillo y Marcos Piña. Ésta ha estado trabajando en la creación de un nuevo referente de movimientos políticos de izquierda junto al Partido de Alternativa Socialista (PAS), el MIR, la Fuerza Socialista de Izquierda (FSI) y el Partido Comunista Acción Proletaria (PC-AP).

Pero pese al análisis y las palabras de buena crianza en su carta-testimonio, la salida de “Salvador” del FPMR, para algunos militantes, obedeció más a un problema personal, de cansancio con la vida clandestina. Afirman que ya desde antes había dado algunos indicios de reconocimiento y añoranza por su pasado en el PC, enviando una afectiva y melancólica carta tras la muerte de la dirigente comunista Sola Sierra.

Lo cierto es que a pesar de las diferencias entre “Ramiro” y “Salvador” y los calificativos de “militarista” que apuntan al primero, las bases rodriguistas ya decidieron el camino a transitar. A la luz del escaso crecimiento que ha tenido la orgánica en los últimos años y el ejemplo de conglomerados sociales no armados en la región como el Movimiento de los Sin Tierra de Brasil, de los alzamientos indígenas en Bolivia y Ecuador y de grupos guerrilleros no convencionales como el EZLN, el Frente ha deslizado su opción hacia un trabajo político abierto, y el documento “Búsqueda de un nuevo proyecto político para el FPMR” da fe de ello; todo lo cual y en este contexto plantearía dos posibilidades para entender el secuestro de Washington Olivetto.

La primera implicaría que la acción y los dineros obtenidos hubieran servido para que el comandante “Ramiro” diera un golpe de mano en la organización dirigiendo sus lineamientos hacia una postura más dura. Y la segunda, paradójica pero no imposible, y que pocos han vislumbrado es que “Ramiro”, el comandante, “El Abuelo”, el militar, haya realizado la operación para impulsar con recursos frescos la puesta en marcha del nuevo proyecto político del Frente y no una estructura de carácter militarizado. Sea cual sea el plan original que se buscaba, indudablemente se verá postergado o abortado.

FPMR-MIR VERSUS FARC-ELN

Otro hecho que se ha destacado profusamente a partir de la fracasada operación de secuestro son los posibles vínculos del FPMR con las guerrillas colombianas. En primera instancia se apuntó hacia las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) y su posible relación con la acción, pero poco a poco se fueron cayendo los argumentos que sustentaban la teoría. Primero, las Farc no necesitan los fondos y, segundo, están inmersos en un delicado proceso de negociaciones con el gobierno de Pastrana y con EEUU “respirándoles en la nuca”, por lo cual evitarían involucrarse en un hecho que les provocaría mayores presiones que las que ya tienen.

Además, las Farc a lo largo de los 90 tuvieron un especial acercamiento en Chile con la vertiente rodriguista que se mantuvo cercana al PC: el Movimiento Patriótico Manuel Rodríguez (MPMR) o Frente-Partido, como se le conoce en jerga militante. Y en este sentido, el vocero público para el cono sur del grupo insurgente colombiano, Manuel Cardone, ha realizado diversas visitas a nuestro país.

Para un alto dirigente del MPMR es sospechosa la vinculación que se hace con las Farc, precisamente por el momento que se vive dentro de las negociaciones y por los importantes intereses norteamericanos que están detrás. En cambio, la vinculación con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia parece más cercana, ya que en esta guerrilla guevarista han participado históricamente numerosos combatientes chilenos del MIR y, particularmente, de la fracción conocida como Ejército Guerrillero del Pueblo Patria Libre (MIR-EGP-PL), precisamente de donde provenían dos de los miembros detenidos en Brasil: Alfredo Canales Moreno y Marcos Rodríguez Ortega.

El acercamiento con el ELN para la operación pasaría también por una necesidad de recursos económicos. Con la nula ayuda de Cuba en este sentido, la mejor fuente de financiamiento para una acción que tiene costos superiores a los 100 mil dólares son las importantes arcas que manejan los insurgentes colombianos gracias a los secuestros e “impuestos revolucionarios” a narcotraficantes y empresas petroleras. Lo que claramente está en duda es que exista una alianza entre el EGP-PL y el FPMR, ya que la fracción mirista está prácticamente fuera de servicio desde 1999, cuando sufrieron una crisis interna producto de garrafales errores de seguridad cometidos por su dirección nacional. Entonces, la posibilidad de que los miristas se hayan pasado al FPMR no es remota o que simplemente hayan sido “contratados” para esta operación, al igual que varios de los que participaron en el secuestro.

ENTREVISTA
Patricio Ortiz Montenegro, uno de los fugados en el 96´
“NO HE TENIDO CONTACTO ALGUNO CON ELLOS”


Desde Suiza, país en el que vive hace 4 años con un permiso transitorio de residencia, Patricio Ortiz Montenegro uno de los fugados de la Cárcel de Alta Seguridad en diciembre de 1996 conversó telefónicamente con El Periodista para desmentir versiones que señalan que habría tenido alguna participación en el secuestro de Washington Olivetto y que estaría escondido en Chile.

-El diario Estado de Sao Paulo dijo que usted y Ricardo Palma Salamanca participaron en el secuestro y que luego viajaron a Chile ¿Qué me puede decir de eso?
-No deja de resultar una broma de muy mal gusto que en este caso tiene ribetes macabros porque, como todos saben, hace 4 años que estoy en Suiza y no he salido ni puedo salir de las fronteras del país porque tengo un permiso transitorio. De manera que dado esas restricciones y considerando el hecho de que no cuento con pasaporte y ni con ningún documento oficial que me permitiera salir de Suiza... es algo absurdo.
-Otra información plantea que los peritos de Investigaciones de Chile que viajaron a Brasil podrían haber encontrado huellas suyas.
La policía que va a Brasil, lo hace con una idea preconcebida de involucrar a todos los miembros del grupo que se escapó de la Cárcel de Alta Seguridad el año `96 y obedecen a situaciones no objetivas. Que ellos hayan llegado con un laboratorio de criminalística de manera intencionada, creo yo, tratando de involucrarnos a todos y cada uno de los que escapamos tiene la finalidad de crear una conmoción artificial en Chile. En Brasil, una acción de este tipo, con todo, no deja de inscribirse dentro de una realidad que allá es casi el pan de cada día.
-¿Cómo calificaría la acción realizada por “Ramiro” en Sao Paulo?
El carácter que pudiera o no tener la acción misma tiene que ser previamente definido en una investigación pero desconozco las razones, los motivos, la situación concreta de los sindicados en este minuto como participantes de esa acción. Me imagino que en el desarrollo del proceso se podrán arrojar luces sobre el caso pero, en definitiva, está demás pronunciarse sobre el carácter de una acción que creo no tiene mayor incidencia en Chile. Creo que lo importante es plantear que la derecha en Chile y los sectores interesados en crear esa imagen de que en el país pueden rearticularse movimientos subversivos o movimientos de carácter revolucionario, quieren hacerle creer al país de que estamos en las vísperas, quizá, de la inauguración de un nuevo período de florecimiento de organizaciones revolucionarias. Cosa que yo creo que está bastante lejos de la realidad. Por eso hay un aprovechamiento político de esta situación.
-¿Sigue perteneciendo al Frente?
-Yo he sido un miembro del Frente Patriótico Manuel Rodríguez y producto de eso he estado en prisión durante más de 6 años, más de un año acá en Suiza... Creo que el rodriguismo es una corriente, una sensibilidad política en Chile que va más allá de las orgánicas concretas que se han establecido en su desarrollo como organización y que abarca mucho más que, incluso, la organización que le dio la vida.
-¿Este secuestro podría haberse realizado para apoyar el trabajo político social del Frente?
-Esa pregunta tiene que ver con el mismo planteamiento que ha salido en los medios de comunicación en Chile y que obedece a un patrón determinado de entender el momento actual de la vida del Frente. Yo creo que sería más lógico y más honesto hacerle esa pregunta a voceros o representantes reales del Frente en Chile o en el exterior, en circunstancias de que yo no soy vocero ni el representante más genuino. Producto de mi encarcelamiento en Suiza he perdido los vínculos orgánicos con la organización y desconozco en este minuto el desarrollo de estas etapas de discusión. Ahora, me parece bastante mal intencionado por parte de la prensa chilena asociar de manera incoherente, sin una causalidad clara, el hecho de que el Frente para su despliegue al interior de Chile y su inserción social tenga que conectarse necesariamente con acciones como ésta.
-Estoy formulando una hipótesis. También podría haber otras hipótesis al respecto...
-El problema es que las hipótesis en Chile no son tales porque son tesis que se aprueban a priori. Te doy un ejemplo bien concreto. Durante febrero se me contactó vía telefónica también, un medio que se llama El Mostrador, una periodista, María Eugenia González. Yo le planteé que no estaba en condiciones y no tenía la intención de dar ninguna entrevista a medio chileno alguno por razones que obedecían a una larga historia de malas interpretaciones y tergiversaciones y manejos absolutamente reñidos con una mínima ética en torno al respeto a la fuente. Y no obstante que le pedí a la periodista de manera muy fehaciente y en los mejores términos, confiando en un mínimo respeto entre personas, que no se publicara nada de lo que estaba planteando, al otro día reprodujo en el diario electrónico lo que hablamos privadamente, como una entrevista. Está demás decir también que Canal 7 ha hecho uso de una entrevista...
-¿La entrevista realizada en 1998?
-... Claro... Esa entrevista se da en las circunstancias de mi salida acá en Suiza, en septiembre de 1998, luego de un año en prisión y se inscribe en un contexto bien determinado, dentro del cual planteo una serie de puntos de vista en función de las preguntas que me hacía Marcelo Araya para Informe Especial y que, para sorpresa mía, después de 4 años, la utilizan en este nuevo contexto, sacándola totalmente de lugar, avalando tesis como las que están planteando que esta acción en Brasil tendría algún nexo con la intención del Frente de insertarse socialmente, cosa que es totalmente falsa.
-¿Desde que llegó a Suiza ha vuelto a tener contacto con alguno de los que se fugaron con usted?
-Habida cuenta de los controles a los cuales se me ha sometido durante todo este tiempo: telefónico y de control policial es imposible que yo haya podido tener contacto con mis compañeros; además, hubiera sido contraproducente no sólo para mí sino que también para ellos. Honestamente no he tenido contacto alguno con ellos durante estos últimos 3 años.
-¿Esta situación le ha afectado personalmente?
-Lamentablemente se me ha utilizado en variadas oportunidades sólo para avalar tesis que tienen que ver con el efectismo. Los medios parten de la base que por el sólo hecho de haber pertenecido a una organización revolucionaria se está estigmatizado de por vida y vas a ser siempre blanco de toda suerte de agresiones injustificadas, así que cuando me haces la pregunta de si estoy afectado en un plano personal, indudablemente que sí. Lo que ha ocurrido en estas semanas es que se me involucra en una acción a miles de kilómetros de acá, con una imposibilidad absoluta de salir de las fronteras sin papeles. Indudablemente me afecta la situación porque está siempre pendiendo esta campaña de terror por parte del sistema policíaco en Chile y de los medios que se orquestan en función de una idea preconcebida. Repudio de manera categórica el manejo que se hace de los medios de comunicación, de tener que aceptar de manera gratuita todo este tipo de improperios que se arrojan sobre una persona sin posibilidades de defenderse, sin posibilidad de que Pablo Muñoz se pueda defender, o de que Ricardo Palma Salamanca se pueda defender. Ellos están en situaciones de clandestinidad, yo por lo menos estoy de manera visible y me pueden hacer una entrevista... pero ellos están incapacitados para defenderse.

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