domingo, 8 de mayo de 2005

Entrevista Mala Rodríguez













Llega la alevosía de María "Mala" Rodríguez, la rapera más deslenguada de España
"SOY UNA NIÑA MUY MALA"

Miguel Paz / La Nación Domingo (8 de mayo de 2005)

La prensa la ungió como “la reina del rap en castellano”. El 2000 emergió con “Lujo ibérico”, un disco de hip hop con sonido flamenco, acento gitano y sabor a jamón pata negra. Desde entonces, adjetivos como descaro, chulería y borde son sinónimos de esta encantadora de serpientes. ¡Joder!

En España son las siete de la tarde. María ‘La Mala’ Rodríguez coge el tubo del teléfono. Tiene la voz adormilada de quien se viene levantando de un largo sueño. O peor aún: de alguien que ha pasado la tarde escuchando preguntas estúpidas de periodistas latinoamericanos. Seguro preferiría estar en la calle con los amigos. Es el precio de la fama. ‘La Mala’ María está promocionando su nuevo trabajo, “Alevosía” (Universal, 2004), y prepara una gira que la tendrá tocando este sábado en la Estación Mapocho, como plato principal del Festival Beatstreet.
¿Mala, estás ahí? “Sí, hombre, sí”, dice en un susurro. Responder, tal vez la mata de aburrimiento. Pero es el costo a pagar. A principio de siglo, su voz saltó de las calles de Sevilla a los audífonos de raperos de toda España, y después llegó a parajes tan alejados como éste. Su sonido flamenco y particular timbre de voz, raspado y exquisitamente gitano, le han granjeado adeptos que jamás hubiesen escuchado hip hop. Oficinistas, abuelos e ingenieros, hoy también escuchan su música.
Pero esa misma transversalidad le ha granjeado comparaciones y definiciones de la prensa y otros músicos que la catalogan como un fenómeno del flamenco, la estudian e intentan desmenuzar su estilo para rotularlo, empacarlo y despacharlo al mundo. A ‘La Mala’ María le desagrada el tema. Pero ella tiene la culpa. Y lo sabe. Desde el día que tituló su primera canción “Yo marco el minuto”.
Con 25 años en el cuerpo, María, la niña de la voz curtida, no parece tan mala, como le aseguraba su tía y su amigo Cuervo y los que la quieren. “Los que me conocen mucho saben lo mala que soy. Y soy una niña muy mala”, garantiza antes de empezar la entrevista. Si no le crees, sigue leyendo.
-Siempre están tratando de descifrarte.
-Uuuh, sí. Parece que los seres humanos nos movemos mucho por tópicos, por englobarte y etiquetar todo. Somos más complejos que eso, ¿no?
-¿Eso te ocurre mucho? Los periodistas vamos de inteligentes por la vida, pero a veces las cosas son más simples.
-Jajaja, bueh... Todo lo que sea charlar... Siempre te llevas algo de lo que hablas con una persona. Está claro que con todo el mundo no te puedes entender. Es imposible. Pero para eso está la música, para que pongas canciones y la música haga el resto.
-Te llevas mucho mejor con la música que con la prensa.
-No, no te pongas así tampoco, que no soy tan mala, ¿eh? No te creas.
-Una mala buena entonces.
-Puede ser, puede ser.
-¿Por qué le pusiste “Alevosía” a tu nuevo disco? Alevosía implica intriga, perfidia, traición, pero también puede significar algo malo y bueno a la vez.
-De eso se trataba. Aquí no se utiliza mucho esa palabra, pero a mí me gusta mucho. Primero, porque tenía que ver mucho con ‘La Mala’. De que esto que yo hago es un crimen: de decir todo lo que pienso -y de la manera tan intencionada que lo quería hacer- en un disco. Era mi segundo trabajo de larga duración y era muy diferente al primero. Tenía mucha carga y presión en lo alto y era muy difícil sacármelas de encima. Por eso me dije: “Tengo que hacer esto”. Además, que me sucedieron muchas cosas después del primer disco.

TENGO LO QUE TÚ QUIERES

Entre lo que le ocurrió a la rapera gaditana estuvo el impensado éxito de “Lujo ibérico”. “Mi música prendió muchísimo y no esperaba algo así. Fue una cosa impresionante para una chica que hacía rap en España”, dice.
Entre una extensa gira por Europa y los compromisos de promoción, María, “la niña mala”, con sólo 20 años, casi se fundió y decidió bajar las revoluciones.
-¿Y dónde estuviste?
-En muchos sitios de España. Entre medio estuve actuando, tuve una gira lo más loca que te puedas imaginar, y en alguna ocasión salí del país. Hice muchos contactos y cosas. Pero después me alejé de todo. Pasé mucho rato sin hacer nada, en mi casa, cambié de aires, estuve trabajando en bares. Quería desconectar y recapacitar un poco, porque en esto te dejas llevar rápidamente, ¿sabes? Hasta que arranqué otra vez con “Alevosía” pasó mucho tiempo, quería volver completamente alevosa.
-Querías ser escuchada y al final lo fuiste demasiado.
-¡Pues sí! Vaya, si parecía que (“Lujo ibérico”) no lo iba a escuchar nadie y lo escuchó un mogollón de gente.
-Y ahora vuelves como una alevosa.
-¿Sí? ¡Jajaja! Tal vez, tal vez.
-Leí que te preguntaban si eres lesbiana.
-¡Aaaah! Es que éstos creen que soy lesbiana porque tengo seguridad en mí misma.
-Tus canciones tienen muchas frases inquietantes, por no decir abiertamente calientes (“Tengo lo que tú quieres”). Que te pregunten eso es como si una chica heterosexual no pudiera ser provocativa.
-Te voy a decir una cosa graciosa que viene al cuento. Hace algunos años hice una canción y hubo un rapero que se le ocurrió decir: “La Mala tal y cual”, y cuando me conoció lo que me dice es: “Yo te imaginaba muy gorda y con bigote”. ¡Eso era lo que le inspiraba mi voz! Porque las primeras grabaciones mías son completamente desfasadas, rabiosas, gritando, muy furiosa. Yo no entiendo. O soy una chica con bigote muy gorda, o soy una lesbiana, ¿Qué pasa con eso? ¿Las lesbianas o las chicas gordas con bigote son las únicas que pueden decir frases como “eh, qué pasa, ya estoy aquí”?

¡EL PAPA SI QUE TIENE BLIN BLIN!

-¿Qué te parece la masividad alcanzada por el reggaeton? Aquí esa musica está sonando mucho.
-Me parece bueno, me gusta. Todo lo que sea música que te invite a bailar y disfrutar está bien. A lo mejor lo que es muy criticable del reggaeton es que las letras sólo hablan de violencia y mucho de sexo. Pero eso no lo promueve el reggaeton. Esa es la vida real y de ella se nutren sus letras.
-Leí que odias a las monjas. ¿Qué piensas del nuevo Papa?
-¡La Iglesia me parece un puro negocio! No creo en ella. Prefiero creer en la gente que tiene buena voluntad y que hace cosas buenas y bonitas. No hace falta que tengan una toga. Lo que tengo muy claro es que la Iglesia es el mayor negocio del planeta.
-¿Con lo que hay dentro de las iglesias en Europa se podría pagar la deuda externa de varios países del Tercer Mundo?
-¡Pues claro! Luego dicen que los del reggaeton usan muchas joyas, mucho blin blin ¡¿Y el blin blin del Papa qué?! Porque ése sí que tiene blin blin. Tú no has visto los pedazos de cadenas que llevan los cardenales. Ésos sí que tienen blin blin y no los del reggaeton o los raperos.
-En Chile tienes muchos fanáticos que no tienen ningún vínculo con la tribu hip hop. ¿Eso te ocurre también en otros lugares?
-Sí. Aquí en España me ha ocurrido que en mis conciertos puedes ver gente de 50 años, madres con niños y personas a lo mejor que no tienen ningún contacto con la escena hip hop.
-¿Y eso te gusta? Debe ser muy agradable que te escuche tu abuela, por ejemplo.
-Pues claro. Yo hago algo y ha llegado a la gente. Eso es bueno. Y hace que piense en el poder que tiene la música. Pero como no soy una radical en ese sentido, también escucho diferentes géneros musicales. Por eso no me parece tan extraño que lo que hago le guste a gente mayor. Yo también voy a conciertos que no son hip hop, ¿sabes?
-¿Qué pregunta no te he hecho y debería hacerte?
-Jajaja. Huuum. No sé. A mí me parece bien hablar de Cádiz, de donde es mi familia. A una persona de Chile le decía dónde está Cádiz, que para los africanos es la puerta sur hacia Europa. A mí me parece bonito que si alguien encuentra que es una solución para su vida, que entre por ahí. Me parece bonito.
A María le gustan las cosas bellas porque su infancia no lo fue. Nacida en Jerez de la Frontera, ‘La Mala’ creció en Sevilla, en el barrio de La Macarena, y pasó hambre, tanta que decidió exorcizarla escribiendo y cantando.
En ese ambiente, de plazas y esquinas ásperas como el siroco, el viento caliente que pega en la costa mediterránea, la gaditana se nutrió de la meca del flamenco, y estrenó sus primeras rimas de hip hop furioso.

LA POLLA CHILENA

‘La Mala’ no se ha olvidado de esos días. En “Alevosía” cuenta la historia de “La niña”, una pequeña que quería vender drogas como su papá para salir de la miseria. El video de esa canción fue censurado en Estados Unidos.
-¿No te parece absurda la censura?
-Yo cada día trato de comprender a todo el mundo, porque no puedo enfadarme tanto. Es una lástima, porque siempre llegas a la misma conclusión: todos necesitamos dinero. Aquí en España también me censuraron el video, no lo ponían en algunos canales. No hace falta ir a Estados Unidos. Vas a la televisión y te dicen que utilices otro tipo de lenguaje, que puede ser ofensivo para los niños; entonces, ahí te tocan la fibra, yo no quiero ofender a un niño, yo no quiero crear un malestar a un niño. ¡Pero hay niños que viven esas movidas todos los días!
-No se puede ocultar el sol con una mano.
-Sí, es complicado.
-¿Tienes ganas de venir a Chile?
-Sí, mucho, siempre.
-Vienes con invitados.
-En el escenario siempre me acompaña Jota Mayúscula (en las tornamesas) y vengo con Kultama (voz), y también viene Cari que baila en directo, hace una súper performance. En fin. Todo rapero que se precie tiene que aprovechar lo que tiene a su alrededor para transmitir su mensaje de manera contundente.
-Cuando llegues debes sacarte la foto que se sacan los españoles en Chile.
-¿Y esa cuál es, macho?
-Al frente del edificio de la lotería. Se llama la Polla Chilena de Beneficencia.
-¿Se llama así? ¡Jajaja!
-En serio.
-¡Jajaja! Debe ser verdad porque aquí hay muchas mujeres que se llaman Concha. ¡Es una risa! Pero pasa de veras, ¿eh? Mucha gente que conozco le digo qué linda te dejas la perilla. ¿Sabes qué es la perilla?
-Puede ser varias cosas.
-Sí, ¡no te jode! Jajaja. Aquí son los pelitos que te dejas crecer en la pera, la barbita. Bueno, pues resulta que una vez yo estaba en otro país y le dije a uno “qué linda tienes la perilla”. ¡Y resulta que era como el coño, la concha! Jajaja. Qué sé yo. Es el mismo idioma pero hay un montón de cosas locas. A ver si me saco la foto esa, tío.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy buena la entrevista, es la primera entrevista de la Mala. de las que yo haya visto, en la que no se muestra a la defensiva. Eso habla de un buen trabajo periodístico y preguntas bien pensadas que propician la participación del entrevistado.