domingo, 15 de octubre de 2006

Artículo / Cotizando a Navarro


El nuevo actor del sistema de pensiones
LAS REDES DE NAVARRO

Siendo un adolescente, Andrés Navarro se apasionó con la tecnología y montó una empresa informática que lo hizo millonario. Hoy Sonda está a punto de abrirse a la bolsa. Pero la noticia de la semana es su interés por crear una nueva AFP. De concretarse el negocio, quizás pondría en jaque a los operadores establecidos, ampliando de paso su esfera de influencia y poder.



Por Felipe Saleh y Miguel Paz / La Nación Domingo (15 de octubre de 2006)


Sobre este mismo tema hay una columna muy buena de Hugo Arias.


Andrés Navarro Haeussler estaba en Europa cuando respondió la primera de una serie larguísima de llamados de Chile. Y no pudo disimular su molestia al escuchar que le preguntaban si era cierta su intención de ingresar al mercado de las AFP.

Sigilosamente, dos meses antes el presidente de Sonda y su hermano Pablo, vicepresidente de la empresa, enviaron a la Superintendencia de AFP una petición para crear una nueva administradora. La primera en 12 años.

Era el martes 10 de octubre y la información publicada por el “Diario Financiero” agrió el primer día del “roadshow” que Navarro organizó, con la asesoría de Tironi y Asociados, para atraer inversionistas extranjeros a la apertura de Sonda a la Bolsa de Comercio de Santiago en noviembre próximo.

La compañía de servicios de tecnología que opera en nueve países (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Perú y Uruguay) y factura 300 millones de dólares al año, emitirá acciones equivalentes al 26% de la propiedad. Así, los Navarro esperan recaudar 200 millones de dólares para continuar los planes de expansión de Sonda.

La noticia lanzada por el “Diario Financiero” echaba por la borda las maniobras secretas de una operación que, según un cercano a Navarro, no debía mezclarse con la apertura de Sonda a la bolsa, la empresa matriz de su holding informático. Se temía que dicha información provocara la bajada o el estancamiento del futuro valor de las acciones de la compañía.

La filtración provino de los actores del sistema previsional. Y los únicos miembros de la industria enterados de la movida de Navarro eran los directivos de las tres AFP que mantienen con Sonda contratos de administración y almacenaje de bases de datos. Era una señal de preocupación de algunos personeros del sector que no ven con buenos ojos a un “outsider” que podría eventualmente echarles a perder –al menos en parte– el negocio.

Un ejecutivo de Cuprum asegura que Sonda podría entrar a la cancha con ventaja. La empresa de los Navarro montó la plataforma informática del 50% de las administradoras y en el “data center” de su edificio de Teatinos 500 se guarda la información de los clientes de tres AFP, varios bancos y compañías de seguros. “Puede significar un eventual conflicto de interés”, dice la misma fuente. Además, vaticina que en la hipótesis de que la nueva administradora “prenda” en el público, la guerra comercial es un hecho más que palpable.

Andrés Navarro es un hombre surgido de la clase media y con redes transversales en la política y los negocios. Es el primer empresario en más de una década que se atreve a desafiar a las AFP, reunidas en la asociación gremial que dirige Guillermo Arthur. Y lo haría con una AFP de costos operativos mínimos, centrada en la atención vía Internet. Podría tener precios de comisiones casi un 10% más bajos que el resto de la industria, gracias al “know how” tecnológico de Sonda.

LA MÁQUINA DE SONDA

Hijo de una familia de tradición católica y numerosa (tiene nueve hermanos), Andrés Navarro nació el 30 de noviembre de 1948 y mantiene el bajo perfil típico de los jesuitas. Se educó en el San Ignacio, donde estudiaron los empresarios Manuel Cruzat, José Said Saffie y políticos como Pablo Longueira. Imbuido por el espíritu ignaciano, Navarro es un gran admirador de Alberto Hurtado, sacerdote que hizo clases en el San Ignacio de Alonso de Ovalle. Siendo aún adolescente cursó su último año de colegio en Estados Unidos, donde se apasionó con la tecnología y vislumbró un futuro profesional en esa área.

Recién egresado de la Escuela de Ingeniería Industrial de la Universidad Católica en 1974, Navarro creó la Sociedad Nacional de Datos (Sonda), gracias a un préstamo de 15 mil dólares de su padre y al apoyo de Raúl Espinoza Wellman, gerente general de Copec, su profesor en la UC, un personaje clave que consiguió que la compañía, entonces en manos del grupo Cruzat-Larraín, aportara 55 mil dólares a la empresa de computación, cuando apenas se hablaba de computadores. En 1996, Navarro volvería a asociarse con Cruzat al comprar una parte de CB Capitales, junto a Sebastián Piñera.

La primera oficina de Sonda se instaló en el primer piso de Teatinos 574, justo debajo del estudio de Ricardo Claro. Gracias a la amistad con Claro, serían socios en la Viña Santa Rita. Andrés Navarro fue nueve meses panelista de “A eso de....”, el programa político de Megavisión de los primeros años ’90, donde estalló el “Piñeragate”.

La alianza con la compañía norteamericana Digital le permitió traer a Chile 10 servidores DEC 1091, monstruos que ocupaban 50 metros cuadrados en las oficinas de sus primeros clientes: la Universidad de Concepción, el Banco Santiago, la AFP Unión, el Banco Concepción, la UC, Copec y el Registro Civil.

En varias oportunidades, Navarro ha dicho que fundó su empresa porque no quería trabajar en el Estado. Paradójicamente, su primer gran cliente fue el Estado y hoy sigue siendo uno de los más importantes. Actualmente, Sonda cuenta con más de dos mil empleados y se ha convertido en una máquina para ganar licitaciones fiscales.

De hecho, el 25% de sus negocios es con los Estados de Argentina, Brasil, Ecuador, Uruguay y Chile, pese a las críticas de algunos que apuntan a que Sonda ha perdido el “hambre” innovador de los ’80, época en la que lideraba el mercado informático local. “Entonces trabajar en Sonda era el sueño dorado de cualquier ingeniero. Ahora es anticuada y lenta en relación a la escala mundial. Pero en Chile aún no hay mucho más donde elegir”, dice Ramiro Salas, ingeniero chileno que trabaja en Vmware, firma de Silicon Valley.

En nuestro país, la compañía de Navarro implementó el sistema de modernización de Fonasa y en 2001 ganó por ocho años una jugosa licitación de 80 millones de dólares para producir la nueva cédula de identidad del Registro Civil. La adjudicación no estuvo exenta de baches y críticas respecto al nivel de seguridad del documento elaborado por Sonda, pero prosperó. Al respecto, un alto dirigente de la Concertación explica que cuando Navarro postula a una licitación del Estado es muy difícil ganarle: “Defiende sus posturas con uñas y dientes. Tal como lo hizo en esa licitación”.

Sonda, además, puso en marcha el sistema de control de tráfico en Santiago. Obtuvo la licitación del sistema estatal de compras públicas por Internet Chilecompra. Organizó el sistema de apoyo informático a los fiscales (SAF) en el contexto de la reforma procesal penal, la digitalización de los mapas del Instituto Geográfico Militar, y la base de datos del Servicio Electoral. El resto de su facturación proviene de clientes donde se repiten nombres y sectores que acaparan el PIB nacional.

Hoy, las filiales y unidades de negocio de Sonda proveen soluciones de gestión, logística, desarrollo e integración de software, capacitación y telefonía IP.

Orden, una empresa comprada por Sonda a Carlos Lauterbach, uno de los pioneros de la computación en los ’60, desarrolló el sistema de morosidad on line del Boletín Comercial de la Cámara de Comercio de Santiago, y el sistema de venta electrónica de bonos Fonasa, ganada vía licitación con su empresa I-Med. Gracias a esa experiencia hoy también ofrece productos para el sector privado de la salud.

Otra empresa absorbida por el holding de Navarro en los ’90 es Novis. Dedicada a servicios de automatización de producción, cuenta entre su clientela a la Sofofa, el gigante del retail de Nicolás Ibáñez D&S, Casa Ideas, Colbún, Iansa y Corfo. De la última, Navarro fue director a comienzos del Gobierno de Patricio Aylwin. Su misión como representante del ex Presidente fue “sacarle la grasa” vendiendo algunas de las empresas subsidiarias.

En el plano de la capacitación, Sonda montó un “joint venture” con la Escuela de Ingeniería de la Católica en 1993 y creó Solex, la primera empresa derivada del alma máter de Navarro. Su lista de clientes incluye a Chilectra, Celulosa Arauco, del clan Angelini, el Ferrocarril Antofagasta-Bolivia, de propiedad de los Luksic, las mineras AngloAmerican, Mantos Blancos, Disputada de Las Condes y Cecinas San Jorge, de Alberto Kassis Sabag, entre otros.

Gran parte de su expansión continental la debe a la asociación que mantuvo con CTC a partir de 1999, cuando la multinacional compró el 60% de Sonda en 126 millones de dólares. Ésta duró hasta 2001, cuando comenzó a recuperarla de a poco hasta quedar nuevamente en sus manos en 2003. Pagó 105 millones de dólares. En el camino, Navarro se llevó a 250 empleados de CTC para desarrollar programas y soluciones informáticas. Gracias a las filiales de la multinacional hizo contactos con una decena de países en el continente.

El único punto negro en el desarrollo empresarial de Sonda que se ha hecho público se dio a conocer el año pasado, cuando el ingeniero Roberto Sone presentó una demanda por 390 millones de dólares contra la empresa de Navarro y el consorcio de bancos que se adjudicó la administración financiera del Transantiago (AFT).

Roberto Sone acusa a Sonda y NEC de usar la tecnología de las “tarjetas inteligentes” del nuevo plan de transporte público que habría sido desarrollada por TIMM, la compañía tecnológica en la que participa como socio junto al millonario mexicano Carlos Slim. “Cuando TIMM dio a conocer su solución técnica a Sonda y BancoEstado, era para que ésta fuese analizada, sujeta a contratos de confidencialidad, como un estudio preliminar a cualquier propuesta. BancoEstado con otros ganaron la licitación para operar el AFT con la solución técnica de Sonda, sin nuestro consentimiento”, afirma Roberto Sone. La demanda está siendo analizada en tribunales.

VÍNCULOS POLÍTICOS

Desde la época de la Escuela de Ingeniería, Navarro mantiene estrechas relaciones con figuras de la Concertación.

“Los más amigos de Andrés éramos René Cortázar, José Pablo Arellano y yo”, cuenta Pablo Piñera, quien en 1971 fue en la lista de la candidatura a la presidencia de la FEUC de Navarro por la Democracia Cristiana.

Después de su pasada por la Católica, Navarro nunca se inscribió en la DC. Pero muchos de sus amigos en la Concertación provienen de la falange. Un capítulo que marcó su orientación política durante el régimen militar fue la muerte de su amigo Eugenio Ruiz Tagle, víctima de la Caravana de la Muerte, con quien solía ir a bucear.

En los ’80, en medio de la convulsión política, estrechó sus lazos con sus amigos de la universidad y otros profesionales ligados a Cieplan, como Alejandro Foxley y Marcos Lima, y otros como Máximo Pacheco y Javier Etcheberry. El grupo se juntaba semanalmente en casa de Navarro a discutir sobre las políticas económicas del Gobierno militar. Comían pizza y hotdogs. “Ya no nos juntamos a comer pizza, pero los veo a cada rato”, contó el propio Navarro a la prensa. Fueron las propuestas del informe de la Comisión Reforma al Sistema de AFP, presidida por Mario Marcel, otro ex Cieplan, las que provocaron el interés de Navarro por ingresar al negocio de los fondos de pensiones.

Llegada la democracia, Navarro mantuvo un pie en su empresa y otro en el Estado. En 1988 fue parte del Comando de Empresarios por el No, y hasta 1997 representó a los presidentes Aylwin y Frei en la Corfo. Eduardo Frei Ruiz-Tagle le ofreció ser ministro de Agricultura, cargo que desestimó, “porque no tenía nada que ver con su perfil”, asegura uno de sus cercanos.

En 1993, Navarro facilitó la tecnología para las primarias entre Frei y Lagos. Lo hizo “a precio de costo”, cuenta un experto electoral de la Concertación. El ’99, tras la derrota de Andrés Zaldívar a manos de Lagos, se integró al grupo de empresarios que apoyaron la campaña presidencial de Lagos contra Lavín. El denominado “grupo de empresarios democráticos” que ha financiado las campañas de la Concertación, como el mismo Navarro ha reconocido.

Por todos estos vínculos, en la Concertación causó malestar que Navarro apoyara a Sebastián Piñera en la pasada elección presidencial. Pero no provocó sorpresa. Navarro manifestó públicamente su disconformidad con la candidatura de Bachelet y son conocidas su amistad y la relación de negocios con Piñera. Fue el propio Pablo Piñera el que los presentó. Comparten la propiedad de un helicóptero, una porción de la constructora Aconcagua y la clínica Las Condes. Por otra parte, Navarro forma parte del directorio de Chilevisión, el canal del ex candidato presidencial.

“Muchos DC sentimos que Navarro haya optado por Piñera. Andrés fue, de los empresarios cototudos, siempre el más cercano a la DC”, resume el diputado Jorge Burgos.

Sergio Bitar agrega que en el comando de Bachelet vieron como un riesgo serio la adhesión del presidente de Sonda a la candidatura de Piñera. “No fue fácil enfrentar la campaña del empresario RN para atraer gente cercana a la DC. Usó de toda una fraseología del cristianismo que supuestamente se enfrentaba al liberalismo de Bachelet. Personas como Navarro jugaron un papel fuerte en el discurso de Piñera, cuando decía que el humanismo cristiano estaba con él”.

FUNDACIONES Y DIRECTORIOS

El presidente de Sonda sabe que para influir no basta con participar en el mundo financiero. Así, Navarro ha incursionado en educación, investigación científica y obras sociales.

En la junta directiva de la Universidad Andrés Bello comparte con algunos de los representantes del ala más dura de la UDI, como Luis Cordero y Miguel Ángel Poduje. Navarro es dueño del colegio Dunalastair, exclusivo establecimiento en pleno proceso de expansión en Chicureo. Durante diez años fue director de la Fundación Chile (1990-2000). Es miembro del directorio de Fundación País Digital junto a Jorge Carey, Agustín Edwards Eastman, Fernando Flores y el nuevo gerente corporativo de D&S, Enrique Ostalé, entre otros. Además, pertenece al consejo consultivo de Fundación Trascender y es consejero del Council of the Americas, centro encabezado por David Rockefeller que reúne a las más importantes empresas estadounidenses que realizan negocios en América Latina.

Sin duda, la actividad que más notoriedad y satisfacción le ha brindado es la Teletón. Navarro preside la fundación desde 1996 y ha sido un importantísimo factor de apoyo a la obra del animador Mario Kreutzberger. En la fundación también está Carlos Alberto Délano, cabeza de Penta, grupo controlador de Cuprum, la misma AFP a la que Sonda presta servicios.

OPERADOR AFP

Algunos analistas consultados por LND señalan que por pequeña que pueda ser la inversión para montar su administradora de fondos, los Navarro ingresarían a un mercado desconocido para ellos, altamente competitivo y concentrado. Por ello, dice una fuente de la Asociación de AFP, estarían en conversaciones con empresas experimentadas en el rubro, como Consorcio y Principal.

El punto que molesta a Navarro, cuentan en su entorno, es la versión ventilada en la prensa, por miembros no identificados de la industria previsional, de que su ingreso al negocio podría significar un eventual conflicto de intereses. Un comentario que circula “sotto voce” entre altos ejecutivos de las administradoras. Según un ex ejecutivo que trabajó cerca de dos años en Sonda antes de renunciar al cargo, “si entran al negocio podrían intentar quitarle clientes a los otros competidores usando el ‘know how’ que Sonda obtuvo trabajando para las AFP, sus clientes. No costaría nada sacar las bases de datos del ‘data center’. Técnicamente tienen acceso total a las máquinas y bases de datos”.

Esto es descartado por uno de los miembros directivos de Sonda por dos cosas: los contratos establecidos con las aseguradoras incluyen cláusulas leoninas de confidencialidad.

Lo cierto es que pocos negocios pueden dar tanta liquidez como una AFP. Básicamente, es recibir plata de terceros e invertirla donde sea más rentable, con las restricciones que impone la ley.

“Para un nuevo actor, hoy el negocio no es tan atrayente, pero se supone que mejorará con la separación de la administración de cartera de afiliados y de fondos que propuso la Comisión Marcel”, asegura un directivo de Sonda. De ser incluida y aprobada en el proyecto que enviará el Ejecutivo al Parlamento, la medida permitirá externalizar servicios y licitar la cartera, rebajando los costos operacionales de la industria, que ascienden, por lo bajo, a 30 mil millones de pesos anuales por administradora.

No obstante las suspicacias de los actuales operadores del sistema, la noticia de un nuevo participante en la industria le vino como anillo al dedo al Gobierno, porque se abre la llegada de nuevos actores que podrían abaratar los costos de administración y, por lo tanto, beneficiar a los usuarios. Pero también puede tener su efecto positivo para los actuales operadores de AFP, porque refuerza su argumento histórico de que con o sin reforma la industria no tiene barreras de entrada.

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CÓMO SERÍA LA AFP

La idea de los Navarro es crear una administradora de bajo costo en la que todas las operaciones se hagan por Internet. Una AFP con apenas una sucursal, dirigida a un nicho de profesionales jóvenes habituados a usar la web. En estas condiciones, la tecnologizada AFP debería tener precios al menos un 10% más bajos que el resto de la industria. La Superintendencia de AFP devolvió a los Navarro el prospecto presentado en agosto con algunas observaciones técnicas que deberían resolverse para que la compañía obtenga la luz verde. No antes de mediados del 2007, en todo caso.

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