domingo, 29 de julio de 2007

El círculo íntimo y los negocios que dejó Jesús de Polanco en Chile




La historia del fallecido fundador de Prisa, el mayor imperio mediático de habla hispana, estuvo marcada por los libros y su cercanía con Latinoamérica, en especial Chile. Su reducido grupo de amigos revela algunos pasajes de sus vínculos con nuestro país.

Por Miguel Paz / La Nación Domingo (29 de julio de 2007)

El pasado jueves 28 de junio, cuando Jesús de Polanco fue condecorado por el embajador en España Osvaldo Puccio con la Gran Cruz de la Orden al Mérito, aprovechó de detallar sus vínculos con Chile. “Es casi seguro que muchos de los jóvenes parlamentarios que hoy se sientan en las cámaras chilenas, y algunos de los ministros y embajadores de su Gobierno, estudiaron en su día con libros de Santillana. No imagino mejor recompensa que haber contribuido a su formación y desarrollo intelectual”, aseguró el empresario y fundador de grupo Prisa, el mayor conglomerado mediático de habla hispana, que agrupa al diario español “El País”, dos televisoras, la cadena Unión Radio y la editorial Santillana.

Mientras De Polanco hablaba en el acto, celebrado en la residencia del embajador, su amigo Carlos Ossa, el gerente general de Santillana en Chile, notaba que “estaba bien mal”. El chileno sabía que el empresario padecía desde hace años un extraño tipo de cáncer en la médula ósea. Con De Polanco los unía una estrecha amistad forjada a fines de los 60, cuando Ossa se hizo cargo de la edición de la colección de textos escolares de Santillana, “Árbol alegre”, que en 1970 se comenzaron a usar en los cursos de Primero a Octavo básico.

Más de una década antes, el empresario nacido el 7 de noviembre de 1929 en Madrid había partido en el negocio librero vendiendo enciclopedias puerta a puerta, hasta que logró fundar Santillana en 1958. En su primera visita a Chile, a fines de 1963, conoció a otro joven librero con el que compartió sus sueños de grandeza y entabló amistad: el fundador de la Feria Chilena del Libro, Juan Aldea Vallejo.

Sentado en su oficina del edificio de Santillana de calle Arzobispo Ariztía, en Providencia, 37 años después de que partió su historia con De Polanco, Carlos Ossa recuerda que al español no le gustaba que se informaran sus visitas a Chile, pero que vino al país por lo menos en 30 ocasiones. “Él le tenía un especial cariño al país, porque acá había partido”, dice.

Junto a Aldea, quien por esa época también partía con editorial Renacimiento, y otros libreros, De Polanco vio que la reforma de Frei Montalva podría ser una importante fuente de ingresos. “En aquel entonces hicimos una sociedad de hecho con Jesús, y yo manejé todo el tema con el Ministerio de Educación”, recuerda Aldea.

Al igual que en España, donde Santillana fue la única editorial que tuvo listos sus textos para la aplicación de la reforma escolar de 1970 promulgada por la dictadura de Franco –que le valió a De Polanco acusaciones de haberse coludido con el caudillo-, en Chile el despegue de la editorial vino de la mano de la reforma educacional implementada por el gobierno de Eduardo Frei Montalva, que incluyó la sustitución de la preparatoria y humanidades por la educación básica y media.

EL PEQUEÑO EMPERADOR

Aquel fue el primer gran negocio en América Latina de Jesús Polanco Gutiérrez, conocido comúnmente como Jesús de Polanco. En las décadas siguientes vendrían muchos más en la región y también en Europa. Al punto que su imperio económico lo catapultó al exclusivo club de los más ricos del planeta.

Con una fortuna avaluada en tres mil millones de dólares, en marzo pasado la revista “Forbes” lo situó en el lugar 287 de su ranking. El sitial, sin embargo, no se ajusta al poder que De Polanco ejerció en España desde la presidencia de su imperio económico, comandado por la nave madre: “El País”. Pero, claro, poder y dinero no siempre son una misma cosa; y Jesús de Polanco se demoró poco en comprenderlo.

En 1972, tras el éxito de Santillana, De Polanco creó el grupo Timón. Pronto se incorporó como consejero delegado al naciente diario “El País”, asumiendo, posteriormente, su presidencia. Aunque según Ossa y Aldea el gran amor de De Polanco siempre fueron los libros -algo que ratifica Juan Antonio Giner, director de Innovation Internacional Media, una importante consultora de medios y la primera en ser contratada por el Grupo Prisa para asesorar a “El País”-, fue el periódico fundado en 1976, un año después de la muerte de Franco, su gran obsesión. Una que convirtió al pequeño librero en uno de los actores más influyentes de la historia española de las últimas tres décadas.

La capacidad de la plana mayor del periódico para interpretar la “nueva España”, convirtió a “El País” en el portaestandarte de un nuevo aire de la prensa española. En una sociedad agobiada por el lastre franquista de una industria de medios conservadora, Polanco, con el apoyo de Juan Luis Cebrián, fue con quien la nueva clase política, sobre todo el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), quiso mantener buenas relaciones.

En el mismo período, en 1984, el empresario crea el grupo Prisa (Promotora de Informaciones Sociedad Anónima), paraguas bajo el cual queda el diario. Al año siguiente, en una criticada compra de la radio estatal, forma la Sociedad Española de Radiodifusión (SER), punta de lanza de Unión Radio, entidad que agrupa actualmente a casi mil radioemisoras. Entre ellas, Radio Caracol de Colombia y las pertenecientes a Consorcio Radial de Chile (CRC): W, Radioactiva, Los 40 Principales y Bésame. Esto sin contar las televisoras españolas Canal+ (de cable), Digital+ (satelital) y Cuatro (señal abierta).

NEXOS TRANSVERSALES

En Chile, además de su participación en el mercado radial con CRC, en 2002 se sumó el interés que tuvo De Polanco por comprar el diario “La Nación” o hacer un proyecto en conjunto. De Polanco envió a su sobrino Javier Díez Polanco, quien junto con monitorear la instalación del conglomerado radial, sostuvo reuniones con representantes del periódico. Éstas fueron coronadas por la visita del propio De Polanco y un staff de asesores comerciales y editoriales que alojó en el Hotel Carrera durante un mes, mientras se analizaba el negocio, que finalmente no se concretó. Algo similar sucedió con un proyecto para hacer un diario a medias con “Le Monde”, a diferencia de un negocio que sí estaría ad portas de cerrarse: la oferta que hizo Prisa, en negociaciones que partieron a comienzos de 2006, por las ocho radioemisoras de Iberoamerican Radio Chile (Rock and Pop, Concierto, Futuro, Corazón, FM Dos, Pudahuel FM Hit e Imagina). Para concretarse la compra, el holding está a la espera de un pronunciamiento final de la Fiscalía Nacional Económica, por acusaciones de un eventual monopolio.

Fuera de los negocios, Polanco mantuvo en el país amistad entre antiguos libreros y gente que fue conociendo en sus viajes, como el papá de Fernando Paulsen, y el padre del ex ministro de Defensa y actual presidente del Sistema de Empresas Públicas, Patricio Rojas. Además, debido al exilio que giraba por España, conoció a Andrés Zaldívar y Juan Gabriel Valdés. Con contactos transversales, también tuvo vínculos con Hernán Cubillos, el ex canciller de Pinochet.

Amigo de los presidentes Patricio Aylwin y Eduardo Frei (debido a la historia con su padre), solía verlos cuando viajaba a Santiago. Lo mismo con Ricardo Lagos, a quien conoció en Europa y con quien se visitaban regularmente. “Tanto que las veces que vino para acá lo fue a ver como Presidente de la República, y Ricardo Lagos todas las veces que viajaba a España, incluso ahora que dejó la presidencia, se entrevistaba con Jesús”, dice Ossa. Otro factor en su relación con Chile es familiar: un nieto suyo nació aquí un día 11 de septiembre, debido a que Manuel, su hijo, fue gerente de Santillana Chile por tres años.

La última vez que vino a Santiago fue en julio de 2005. En una cena en el Ritz Carlton, se reunió con la entonces candidata presidencial Michelle Bachelet, su jefe de campaña, Ricardo Solari, y Ricardo Lagos Weber. A De Polanco lo acompañaron el propio Ossa, su hijo y actual sucesor, Ignacio de Polanco, y su sobrino Javier Díez.

“JESÚS DEL GRAN PODER”

Definido por sus cercanos como austero y sencillo, siempre preocupado de los otros, el tercer hombre más rico de su país acumuló poder suficiente para que sus más enconados detractores, como el periodista Jesús Cacho, la acusaran de ser “el brazo mediático del PSOE” español. El profesional, que trabajó en “El País”, posteriormente escribió un grueso libro de investigación titulado “El negocio de la libertad”. Allí apodó a De Polanco “Jesús del Gran Poder” y lo criticó sin tregua desde su periódico digital “El Confidencial”.

El 15 de noviembre de 2006, fue el propio Cacho quien reveló que el emperador de los medios de habla hispana se encontraba aquejado de un avanzado cáncer óseo o mieloma múltiple. La enfermedad suele atacar a personas mayores de 55 años. Ocho días antes de la noticia Jesús de Polanco había cumplido 77. Su amigo Juan Aldea estaba con él.

De visita en España junto a su señora e hija, el dueño de la Feria Chilena del Libro, almorzó con De Polanco. Fue la última vez que lo vio. Ahí, recuerda Aldea, De Polanco le contó que al día subsiguiente se iba a Nueva York para hacerse una operación. No le dijo de qué se trataba. Pero es dable suponer que pudo ser un trasplante de médula, una de las medidas más usadas para detener los avances del cáncer óseo que había convertido en noticia “El Confidencial” del otro Jesús, Cacho. En la nota sin firma se le deseaba una “pronta recuperación” a De Polanco, quien ya se mostraba deteriorado. Ese mismo mes el empresario decidió traspasar la presidencia de Prisa a Ignacio, uno de sus cuatro hijos (los otros tres son Manuel, Isabel y María Jesús), hecho interpretado como un golpe de mano a quienes daban por descontado que De Polanco sería sucedido por su sobrino Javier Díez, “el tapado” de De Polanco, como le llamó el mordaz columnista de “El Mundo”, Martín Prieto.

El anuncio, informado por los medios del grupo Prisa, sorprendió a muchos. Menos a sus cercanos. El nombramiento de Nacho, un hombre mucho más quitado de bulla y reservado que su padre, dice Ossa, se hizo efectivo tras el fallecimiento de Jesús de Polanco el sábado 21 pasado.

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