Por si no bastara con los dos derrames de químicos de la planta de producción de celulosa Licancel al río Mataquito, en la provincia del Maule, que provocó la muerte de miles de peces y de un número menor de aves, en junio pasado; y la misteriosa plaga que está atacando a las plantaciones de pino insigne de la compañía del grupo Angelini y que tiene en alerta a la industria forestal; ahora Celco se enfrenta a su eventual responsabilidad en la misteriosa muerte de aves en Constitución.
El 7 de julio pasado el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) informó de dos hallazgos de aves muertas en una semana. Los cuerpos encontrados fueron trasladados al laboratorio de la entidad fiscalizadora para analizar la causa de las muertes y descartar posibles agentes tóxicos derivados de la producción de la planta de Celco en la ciudad.
Por lo mismo, desde esa fecha el personal del SAG monitorea diariamente la zona pero no ha vuelto a encontrar aves muertas. El motivo, según pescadores de Constitución, el hecho se debería a que empleados de la planta de celulosa son enviados cada noche a "peinar" las playas entre la llamada “Piedra de la Iglesia” y la playa de Constitución, con orden de retirar los ejemplares muertos que encuentren.
Lo curioso del asunto es que el SAG aún no emite un informe pericial y no se tiene certeza de qué fallecieron las aves. Es más, la institución envió las muestras a un laboratorio externo para un segundo análisis. Sin embargo, en Celco prefirieron no esperar los resultados y estarían retirando los cuerpos de aves que encuentran... por si las moscas.
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