domingo, 1 de julio de 2007

La vida en Haití de la prima desconocida de Bachelet



De un bajísimo perfil, Natalia Contreras Jeria trabajó un año y medio en el país caribeño como integrante de la misión de paz de Naciones Unidas. La experiencia le marcó. Tanto que prepara una exposición de fotos tomadas por miembros civiles y uniformados del Batallón Chile que será inaugurada este jueves con la asistencia de la Presidenta y el ex jefe de la misión Juan Gabriel Valdés.

Por Miguel Paz / La Nación Domingo (1 de julio de 2007)

La última vez que Natalia Contreras Jeria (31 años) estuvo con Michelle Bachelet fue hace tres semanas, cuando a la hija de la Presidenta, Francisca Dávalos, le dio una trombosis que la mantuvo internada en la Clínica Alemana entre el 10 y el 22 de junio. Fue una de las pocas ocasiones en que la joven cientista política, prima en segundo grado de Bachelet, ha conversado con ella desde que regresó de Haití a Chile en junio del año pasado. En ese país trabajó desde enero de 2005 como coordinadora de la sección de asistencia electoral de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas para Haití (Minustah).
Ambas volverán a verse este jueves 5 de julio. Aunque en esta ocasión la reunión no será por asuntos de familia, sino debido a la inauguración de la exposición “Una sola mirada: chilenos en Haití”, exhibición de 200 fotografías de la vida del contingente civil y uniformado de chilenos en el país caribeño, que Natalia Contreras organizó con la ayuda de su hermano mayor, Igor. El diseñador gráfico que casi perdió la vida en el accidente del río Maipo en que murieron cinco integrantes del comando juvenil de Bachelet y que enlutó el cierre de su campaña presidencial el 6 de diciembre de 2005, no es el único que ha asistido a la profesional en el proyecto que cuenta con financiamiento del Ministerio de Defensa, la Cancillería y el apoyo logístico del Estado Mayor de la Defensa Nacional.
En la producción de las fotografías, que se exhibirán en la Estación Mapocho hasta el 4 de agosto, participan también Bernardo y Jerónimo Valdés, los hijos del ex jefe de la Minustah, el socialista Juan Gabriel Valdés, y la diseñadora Ángela Briceño.
Bernardo es arquitecto y colaboró en el montaje de la exposición. Por su parte, Jerónimo y Briceño son parte del grupo de 28 chilenos, entre civiles de la misión de paz y uniformados del Batallón Chile (de ahí el título “Una sola mirada”), que registraron las imágenes que conforman la muestra.
Para el acto inaugural ya está confirmada la asistencia de Bachelet y del comandante en jefe del Ejército, Óscar Izurieta. Además estarán presentes los ministros José Goñi, Alejandro Foxley, Belisario Velasco, Ricardo Lagos Weber, José Antonio Viera-Gallo y representantes del mundo académico.

BAJO PERFIL
Nacida en Colombia, Natalia Contreras Jeria vivió gran parte de su infancia en Venezuela, país que la acogió en el exilio junto a sus padres, el ex vicerrector de la Universidad Técnica del Estado, el economista Manuel Contreras, y Mireya Jeria Rojas, prima hermana de la madre de Bachelet, Ángela Jeria.
Sus estudios primarios los hizo en el Colegio Francés de la capital venezolana. De vuelta en Chile se incorporó a la Alianza Francesa. Cientista política graduada de la Universidad Católica, obtuvo una beca del Gobierno francés para seguir estudios en el Instituto de Ciencias Políticas de París, de donde salió con un certificado de estudios políticos. Por las aulas de la prestigiosa institución parisina han pasado casi la totalidad de los presidentes franceses y es vista como “la escuela” para quienes pretenden integrarse a funciones políticas de gobierno. Sin embargo, la joven es ajena al mundo político.
Renuente a que se refieran a ella como “la pariente de”, cultiva un bajísimo perfil y se ha cuidado a lo largo de su carrera de no trabajar para ninguna dependencia estatal. Antes de partir al trabajo de coordinación de las elecciones presidenciales de Haití, Contreras Jeria se dedicaba a la investigación académica, “pero como mi área de especialidad era relaciones internacionales siempre estuve interesada en postular a Naciones Unidas y a la OEA”.

DEBATE
El trabajo de Natalia en Haití era de seis meses, pero se alargó a un año y medio debido a que la situación política no permitía que se efectuaran las elecciones que concluyeron finalmente con la nominación de René Préval en 2006.
A diferencia de los integrantes del contingente militar, los civiles del servicio electoral y los cerca de 30 carabineros destinados a asesorar a la policía haitiana vivían fuera de los recintos militares: en contacto con la población, sufriendo sus mismos problemas de falta de agua, electricidad y dificultades para conseguir alimentos en buen estado.
Natalia vivió primero en una localidad del noroeste, llamada Port de Paix, y después en Cabo Haitiano. Al llegar a ese lugar se encontró con que no había hotel y terminó compartiendo casa con dos carabineros.
Reacia a hablar con la prensa, la joven aceptó conversar con LND de la exhibición que partió como idea en diciembre de 2006, luego que ella regresó de la misión de observadores de la OEA que monitorearon las elecciones presidenciales de Nicaragua y Venezuela.
“He viajado harto, pero a mí la experiencia de Haití me marcó para toda la vida. Haití siempre te sorprende, tanto positiva como negativamente”, asegura, y explica que las fotos son imágenes “de lo que uno veía cuando trabajaba: rostros de los niños, la pobreza, la violencia. Son retratos de lo que nos marcó a todos por igual. Siempre te va a impactar ver la situación de los niños”, dice.
La joven asegura que su motivación para armar la exposición es que “el tema se pueda discutir”, teniendo en cuenta que algunos cuestionan la presencia de tropas chilenas en Haití. “Ojalá haya debate sobre qué hacen los chilenos en Haití. Nosotros queríamos hacer nuestro aporte después de haber vivido harto tiempo allá, mostrando otras facetas vistas por los chilenos, no del punto periodístico netamente, sino de qué manera te marcó la experiencia”, dice la profesional, quien ya está pensando en volver a Haití, aunque también postula a una misión en Nepal.


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