viernes, 11 de enero de 2008

El estilo Pérez Yoma

(De Qué Pasa, viernes 11 de diciembre de 2008)

Diversos episodios de la vida política del actual ministro del Interior revelan su personalidad, su modo de ejercer el poder y su destreza a la hora de moverse en La Moneda. Hábil negociador, transversal, deslenguado, decidido, frontal, con un carácter fuerte y un singular sentido del humor: ésa es la personalidad que llega a Palacio a secundar a Michelle Bachelet. He aquí 19 capítulos del estilo Pérez Yoma.

Por Paula Comandari , Claudia Farfán y Josefina Ríos.


"No has cambiado en nada, Edmundo"
Eso fue lo que le dijo la presidenta Michelle Bachelet al ministro del Interior, poco después de que éste jurara como jefe del gabinete. Tras firmar y con un ademán autoritario, Pérez Yoma le pedía a Felipe Harboe que le abriera un espacio dentro de la fila de ministros. La mandataria recordaba con nitidez sus gestos, pese a que ya habían pasado nueve años desde que ambos habían trabajado juntos, durante el gobierno de Eduardo Frei. Eso sí, los roles estaban invertidos: Pérez Yoma era entonces ministro de Defensa y Bachelet una asesora de esa cartera. En esa época, la oficina de Bachelet era un pequeño cubículo situado en el piso 21 del edificio Diego Portales, mientras que el despacho del ministro ocupaba gran parte del piso 22.
Aunque la relación entre ambos no fue "estrecha", según un antiguo colaborador de Pérez Yoma, éste tenía una buena evaluación de su desempeño como especialista en el área de salud de las Fuerzas Armadas. Según el mismo colaborador, el episodio más valorado por Pérez Yoma fue la gestión que hizo Bachelet ante la directiva del PS para impedir su rechazo a la creación de la Mesa de Diálogo en 1999. Pese a los reparos que ella tenía sobre el diseño de la instancia -porque podría transformarse en un camino a la impunidad- Bachelet intercedió ante Camilo Escalona para hacer ver que el PS no podía restarse de la mesa.

Un político transversal
Edmundo Pérez es un hombre calificado en el oficialismo como un DC pro Concertación. Partidario desde hace años de crear el Partido Concertacionista, ha establecido fuertes redes en el PS y en el PPD. Esto le ha granjeado algunas disputas con sus compañeros de partido. "Sucedió, por ejemplo, con Carlos Figueroa durante la campaña de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, en 1994. Edmundo Pérez era partidario de incluir a Ricardo Lagos en las giras del candidato presidencial de la DC por el país, a diferencia de Figueroa, quien vio siempre a Lagos como un competidor político y sugirió que Frei apareciera solo en campaña", relata un dirigente DC.
Una de las grandes interrogantes del nuevo gabinete es cómo se relacionarán Francisco Vidal y Edmundo Pérez Yoma. Entre ellos no existe una amistad de larga data. Sin embargo, cuando Francisco Vidal se graduó de su curso de reservista del Ejército, en diciembre pasado, le pidió que asistiera al evento en la Escuela Militar en su calidad de ex ministro de Defensa.
Probablemente es el único DC que reconoce públicamente una amistad con Pinochet. El general tenía una buena impresión de Edmundo Pérez Zujovic, el padre de Pérez Yoma, quien fue ministro del Interior de Frei Montalva. Por eso, cuando supo de su nombramiento se puso inmediatamente a su disposición. El entonces secretario de Defensa tenía claros sus objetivos: pactar una tregua con Pinochet para así cerrarle el flanco a una administración cuyo sello era modernizar y no entramparse en el conflicto con los militares. Pérez Yoma fue franco con Pinochet: su relación tenía que ser directa, sin intermediarios, al contrario de lo ocurrido en el gobierno de Aylwin, donde el general Jorge Ballerino fue a menudo el interlocutor de Patricio Rojas, el ministro de Defensa. Según un ex colaborador de Pérez Yoma, éste estableció un pacto de no agresión con Pinochet en el plano político. Un cercano al general dice que Pinochet siempre habló en buenos términos de Pérez Yoma. De hecho, a principios de 2000, el DC organizó un gran almuerzo familiar, junto a su mujer, en su casa en Vitacura, donde el principal invitado fue el fallecido general.
Al final la evaluación de su labor fue positiva. Pese a renunciar en 1997 y a estar distanciado de Frei, éste igual lo llamó para que retomara la cartera de Defensa en 1999. El don de mando, un carácter fuerte y un lenguaje informal y campechano le valieron la confianza de los uniformados. En la parada militar solían aplaudirlo.
La abogada socialista Pamela Pereira no conocía personalmente a Pérez Yoma hasta cuando recibió en 1999 una invitación a formar parte de la Mesa de Diálogo, promovida por el entonces ministro de Defensa. "Claro que sabía quién era, pero por primera vez nos topábamos cara a cara", dice.
Entre los sectores más de izquierda de la Concertación, Pérez Yoma despertaba resquemores y críticas por su buena relación con las FF.AA. en general y Augusto Pinochet en particular. Por eso, la relación con Pereira podía presagiar más de algún encontrón.
-¿Qué le parecía que Pérez Yoma tuviera tan buena relación con Pinochet?-Yo tengo claro que Edmundo Pérez no era amigo personal de Pinochet. Había una relación estrictamente política. Edmundo Pérez era una de las pocas personas que fueron capaces de hablarle a Pinochet sin sentir temor y también uno de los pocos que podían enfrentarlo políticamente sin que le produjera ningún espasmo-, dice hoy la abogada.
Pereira indica que Pérez Yoma es un interlocutor de confianza: "Lo que me gusta de él es su franqueza en el trato: es directo, nítido, sin rodeos. Yo también soy de ese estilo, entonces cuadramos bien. Le tengo mucho reconocimiento a Edmundo. Siempre ejerció su autoridad frente a los militares, en forma y en fondo, incluso en el tono de voz que usaba".
Con la derecha, Pérez Yoma ha tendido redes toda una vida. Proviene del mundo empresarial. Es amigo de Sebastián Piñera -con quien se reúne a comer-, de Juan Antonio Coloma y Andrés Chadwick, entre otros. En su primera intervención pública, el secretario de Estado afirmó el miércoles pasado que buscaría acuerdos con la Alianza.

Estilo frontal
Pérez Yoma asumió como director de TVN en agosto del 2008. Dos miembros de dicho consejo relatan que a la primera reunión a la que asistió llegó bastante desafiante. En un momento, después de discutir otros temas, encaró al director ejecutivo, Daniel Fernández. "¿Qué hace Pablo Halpern en el canal?", le preguntó, explicitando su suspicacia porque un asesor de La Moneda a la vez lo fuera de TVN.
Muchos recordaron inmediatamente las pugnas que enfrentaron durante el gobierno de Frei al hoy ministro con el principal asesor comunicacional del entonces mandatario DC. Los que en su momento fueron aliados y cercanos, se distanciaron tras la alianza que Halpern estableció con el secretario general de Gobierno, José Joaquín Brunner, principal rival de Pérez Yoma en Palacio.
Daniel Fernández le respondió, cuentan las fuentes, que "Halpern asesora al canal", lo que no satisfizo a Pérez Yoma, que tranquilo pero frontal le argumentó que eso lo sabía pero que su pregunta era más concreta: quería saber específicamente y al detalle cuáles eran las funciones de Halpern. Fernández entonces se explayó y ahí Pérez Yoma recién se dio por satisfecho. "Fue su debut: a todos nos quedó claro que no se andaba con rodeos", explica una fuente.
Uno de los mitos urbanos en torno de Pérez Yoma cuenta que en un acto público en el Patio de los Cañones, el entonces ministro de Defensa -como una demostración de poder- le pidió a un decano militar que le dijera a Jorge Rosenblut -entonces subsecretario de la Presidencia- que lo citaba en su oficina, a pesar de que estaban a pocos pasos, en el mismo patio. "Su decisión trajo consecuencias: el entonces secretario general de la Presidencia, Juan Villarzú, se quejó ante Frei", cuenta un DC.
Mientras era ministro de Defensa en su primer período, el almirante Jorge Martínez Busch era comandante en jefe de la Armada. Las cosas estaban un poco tensas por un problema menor que se había suscitado. "Ambos coincidieron en un evento y para evitarse problemas Martínez Busch trató de esquivar a Pérez para no saludarlo. Percatándose de esta situación, el secretario de Estado caminó hacia él, se le plantó delante y lo detuvo, lo saludó a viva voz y lo obligó a hacer un brindis con champaña. Su dureza va más allá de las malas caras: Pérez hace gestos explícitos cuando las cosas no le parecen", relata un ex subsecretario de Frei.
Un dirigente DC lo define: "A estas alturas prefiere pedir perdón que permiso. Critica frontalmente a Andrés Velasco, por ejemplo. No se acomoda, ni ocupa eufemismos, dice las cosas como son -'no era el ministro más adecuado para esta etapa' o 'la relación con Bolivia no va a mejorar nunca'- y eso es una cualidad en política. Es un tipo directo, pero siempre actúa con una sonrisa, aunque a veces pasa por maleducado, porque es distraído, con un estilo apatronado, medio campechano, y a la antigua. Cuando se enoja ocupa la expresión: "Se curó la cabrona". Su relación con el poder se le da con total naturalidad, tiene cero apego a la formalidad y siempre habla como si estuviera en el living de su casa -de hecho, en su círculo laboral más cercano, es capaz de hablar incluso a garabatos".

Decidido
A fines de 1997, la situación de Pérez Yoma en el gabinete de Frei Ruiz-Tagle era insostenible. El otrora poderoso círculo de hierro -el grupo de amigos del mandatario que gobernó en Palacio- se había desgranado paulatinamente y él tenía varios flancos abiertos: la rivalidad con Carlos Figueroa crecía por las desconfianzas suscitadas entre ambos; con José Joaquín Brunner, entonces secretario general de Gobierno, se acusaban mutuamente de obstaculizar la marcha del gobierno y el trato era nulo; y con Pablo Halpern, el principal asesor comunicacional, existía una enconada enemistad. Pérez Yoma se refería a los "intrigantes" cuando hablaba de sus enemigos.
Un estrecho ex asesor dice que el secretario de Defensa comenzó a experimentar diferencias en cuanto a la forma de manejar las cosas en Palacio. "Las tensiones se hicieron cada vez mayores entre él y los demás ministros: el de Interior, Carlos Figueroa, que era su mejor amigo y compadre; con el secretario general de la Presidencia, Juan Villarzú; y con José Joaquín Brunner. Cuando se percató que las diferencias eran irreconciliables y que ellos eran mayoría, decidió renunciar a su cargo. Y lo hizo de un día para otro, en forma tajante, sin escuchar a quienes le sugerían quedarse".
En un gesto inédito, en noviembre de 1997, a través de dos entrevistas -una en revista Cosas y la otra en el diario La Época-, Pérez Yoma se despidió del gabinete: "Ya cumplí un ciclo y me apresto a asumir otro cargo", dijo.
El revuelo fue mayor en La Moneda: nunca antes un secretario de Estado había anunciado su dimisión a través de un medio de comunicación. Frei, que estaba de viaje cuando la polémica se desató, declaró a su regreso que él sería quien decidiera el momento de la partida. Sin embargo, Pérez Yoma no transó: acusando deslealtades, le dijo al presidente que no había vuelta y que no insistiera. Partiría a Argentina como embajador el 16 de enero de 1998.
Un abogado experto en DD.HH. relata que tiempo después de que detuvieran en Londres a Pinochet, el ministro del Interior Raúl Troncoso y el canciller José Miguel Insulza les pidieron a los abogados José Zalaquett y Francisco Cumplido que sondearan a la UDI y a los militares para ver si existía la disposición de avanzar en un acuerdo sobre derechos humanos. El informe de los abogados fue positivo, pero al llegar a manos del presidente Frei todo quedó en compás de espera. Cuando en 1999, Pérez Yoma volvió al Ministerio de Defensa tras su paso por la embajada de Argentina, conoció el memorando.
"Entonces decidió actuar inmediatamente y sin dilataciones: así nació la Mesa de Diálogo. Pérez Yoma es 'calvo de lengua', una persona extremadamente proactiva en un gobierno -el de Frei- que en general fue muy reactivo", dice el abogado.

Hábil negociador
Un gran logro político que se le reconoce a Pérez Yoma es haber impulsado la creación de la Mesa de Diálogo. En agosto de 1999 se conformó esta instancia con el objetivo de avanzar en la verdad de lo ocurrido con los detenidos desaparecidos y distender el ambiente en un tema donde los avances costaban y no se debía notar inmovilismo por parte del Ejecutivo. Él convenció al presidente Eduardo Frei.
Según un asesor, hubo tres hitos en la iniciativa de Pérez Yoma: 1) Lograr una fórmula de trabajo inédita en el mundo, donde convivieron miembros de las Fuerzas Armadas, representantes de la sociedad civil y abogados de derechos humanos. 2) Un ministro de Frei y un ex colaborador de Pérez Yoma coinciden en que el plus de este último fue su franqueza. Un momento clave para estas fuentes es haber logrado el apoyo del almirante Jorge Arancibia, a quien citó en su casa una mañana para sumarlo a la iniciativa. El marino era el más conservador de los comandantes en jefe. Sin embargo, lo convenció. 3) La mesa logró que las Fuerzas Armadas reconocieran institucionalmente los excesos.
Un ex integrante de dicha mesa recuerda que cuando Pérez Yoma los convocó fue muy astuto para convencer a todos los sectores, porque eligió una cita de Isaac Rabin: "Los problemas entre Israel y Palestina nunca se van a solucionar mientras los sectores más duros de ambos lados no se sienten a conversar", dijo.
Un ex subsecretario de Frei resalta que perseveró en la iniciativa a pesar del escepticismo imperante. "Es un hombre que se enreda poco cuando tiene las cosas claras: sigue paso a paso en la medida que va consiguiendo resultados".

Carácter fuerte
Uno de los episodios más recordados fue su impasse con Rodolfo Stange en 1994. El director general de Carabineros se había negado a renunciar a su cargo, pese a que la justicia lo responsabilizó de incumplimiento de deberes militares en el caso del degollamiento de tres profesionales comunistas ocurrido en 1985.
Ascanio Cavallo relata en "La historia oculta de la Transición" que ante la actitud del uniformado, Pérez Yoma juró que "lo volvería loco". En más de una ocasión las reuniones entre ambos terminaban con los gritos destemplados del secretario de Estado. En medio del conflicto, cuenta Cavallo, Stange visitó a Pérez Yoma en el Ministerio de Defensa por un tema de modernización de Carabineros. Entonces el secretario de Estado le dijo: "¡Qué plan de modernización! Me importa un bledo esa huevada. Lo que me importa es que usted se vaya ¿Con cuántas neuronas funciona usted, general?. Y ahora que me trae una propuesta de aumento de sueldos que no-le-he-pe-di-do: ¿se imagina lo que voy a hacer con ella?".

Pragmático
El distanciamiento con Eduardo Frei demuestra su carácter pragmático, según cercanos al ministro. Aunque tenían una relación de amistad de larga data -incluso son consuegros-, no apoyó al ex presidente cuando éste quiso repostularse y transformarse en la carta para competir con Michelle Bachelet. En octubre del 2004, Pérez Yoma, Raúl Troncoso, Carlos Figueroa y Genaro Arriagada -el otrora círculo de hierro que llevó a Frei a La Moneda y luego gobernó junto a él- le pidieron públicamente que diera un paso al lado en sus intenciones de retornar a Palacio y además criticaron duramente el cambio de look que el ex mandatario exhibía por esos días: sin corbata y con el pelo al viento. "Su ventaja comparativa no es parecer joven, sino un estadista con experiencia en un gobierno que lo hizo bien", dijeron. Además le recomendaban postular al Senado y dejar la contienda presidencial para Soledad Alvear. Frei resintió el golpe. Hoy Pérez Yoma es considerado un hombre de Alvear: participa de su círculo íntimo y en ese carácter llega a La Moneda.
"Eso demuestra que es frío, crudo y realista", explica un dirigente de la DC.

Un humor especial
Pamela Pereira recuerda que las reuniones en la Mesa de Diálogo eran agobiantes y muchas veces terminaban después de medianoche. Una vez ella lanzó la idea de que para hacer más llevaderas las citas, hubiese frutas. Al otro día, por encargo de Pérez Yoma, aparecieron bandejas de frutas. Ante esto, monseñor Sergio Valech reclamó en tono de broma: ¿habrá un chocolatito para mí? En dos segundos apareció en la sala una caja de Varsovienne por encargo del ministro.
Un estrecho ex asesor recuerda que en medio del conflicto con el general director Rodolfo Stange se celebró el aniversario de Carabineros. El uniformado había esgrimido que estaba enfermo, pero de todos modos asistió. Aunque se presagiaba un momento de gran tensión cuando se encontraron, Pérez Yoma, contra todos los pronósticos, alivianó la situación y medio en serio y medio en broma le señaló: "General, nosotros lo hacíamos en estado de coma, pero veo que todavía está aquí".
Un ex ministro de Frei recuerda que durante un viaje en el Aquiles, mientras la embarcación se movía más de lo acostumbrado, Pérez Yoma se acercó al capitán y le dijo: "¿Sabe quién es esa persona que está ahí? Es el presidente Eduardo Frei. ¿Ve a ese otro? Es el almirante Jorge Arancibia, su jefe. Y ¿sabe quién soy yo? El ministro de Defensa. Así que le conviene que el barco no se mueva mucho, porque si no se puede ir cagando".
Cuentan en la DC que el paso por el Cabo de Hornos de un buque británico cargado con plutonio alertó en 1999 a la Armada. El comandante en jefe, Jorge Arancibia, insistía una y otra vez en llamar al ministro de Defensa para hacerle ver los riesgos. Pérez Yoma no tenía un respuesta clara frente a los requerimientos del uniformado y la paciencia se le agotaba ante tantos telefonazos. Un día no aguantó más: "Sabe almirante, hunda el barco, húndalo", le dijo. Arancibia nunca más le tocó el tema.

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