jueves, 15 de mayo de 2008

Esto no tiene nombre, Hermógenes


"Debo tolerar a otros columnistas"
. Hermógenes Pérez de Arce se supera a sí mismo en su diatriba seudo jurídica de hoy para tergiversar un hecho terrible. Aludiendo a una columna de Francisco Mouat en El Sábado, donde este recuerda como durante la dictadura una patrulla de militares encabezada por el teniente Pedro Fernández Dittus roció con bencina y prendió fuego a los jóvenes Rodrigo Rojas de Negri y Carmen Glora Quintana, Pérez de Arce saca a colación una mañosa resolución judicial de 1986 firmada por el ministro Alberto Echavarría que afirmó que los jóvenes se quemaron debido a "la caída y rotura del envase de uno de estos elementos (de fácil combustión)" y no por la acción de la patrulla militar.

"La verdad fue, pues -concluye Pérez de Arce-, que los militares no los quemaron: los apagaron". ¿Será por eso que el Estado debió indemnizar a Carmen Gloria Quintana?

Convenientemente el columnista favorito de Cristián Zegers omite la investigación de este caso que hizo la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, publicada en su reporte de 1985-86 y los dictámenes judiciales post 1990. Tampoco menciona el secuestro por cerca de ocho horas de uno de los testigos claves, quien fue amenazado por personas no identificadas para que cambiara su testimonio ante la justicia. Ni adhiere, como buen católico, a las palabras que entonces dedicó al caso el cardenal Francisco Fresno:

Nuestra misión de Pastor nos obliga a expresar profunda preocupación ante el grave deterioro moral que se aprecia en el caso de los jóvenes quemados y la inquietud que ha provocado el texto de la resolución del señor ministro en visita al respecto.

En esa resolución, reconociéndose que esos jóvenes "fueron detenidos, el día 2 de este mes, por una patrulla militar", se establece que "se les dejó en libertad", "en lugar y en condiciones no propicias para obtener"… "la inmediata atención médica de los afectados"… por un hecho que le había causado "quemaduras graves".

Es fácil percibir que esta explicación ha resultado claramente insuficiente para toda la inquietud que en la comunidad nacional estos hechos han provocado. Por ello, hacemos un llamado a la Excelentísima Corte Suprema par que se arbitren los medios necesarios para llegar al fondo de esta investigación y la justicia resplandezca plenamente.

El país ha sido testigo de numerosos hechos delictuosos que han quedado sin sancionar y de numerosas investigaciones que no han sido aptas para determinar los responsables de crímenes que han conmovido a la opinión pública. Este caso que ahora se investiga, que ha afectado a toda persona con conciencia recta, no puede ser otro más que quede en la impunidad y en la oscuridad.

El prestigio del Ejército de Chile y de los Tribunales de Justicia, instituciones fundamentales de la República, están en juego en este proceso, lo que acentúa la obligación de realizar una profunda y acuciosa investigación.


Rodrigo Rojas de Negri era fotógrafo y venía recién llegando de Estados Unidos cuando fue quemado. No sobrevivió como Carmen Gloria Quintana para dar su testimonio del horroroso Chile. En Washington, donde vivió antes de volver a su país, Rojas era amigo de una banda de rock, Fugazi, que a lo mejor conoces. Cuando Fugazi vino a Chile en 1997 tocaron F/D el tema que compusieron en honor a Rodrigo Rojas de Negri. Fue conmovedor. Tanto como escabrosa es la columna del incombustible Hermógenes y su descaro de decir que debe tolerar a otros escribanos, a estas alturas del partido.

2 comentarios:

Francotirador dijo...

En realidad el comentario de Hermógenes me parece justo: "debo tolerar a otros columnistas".

Claro. Ahora ya no tiene al Tata para que les vaya a poner la metralleta en la raja a medianoche.

"Tiene" que tolerarlos. No le queda otra.

Jorge Enrique Díaz Pérez dijo...

Las columnas de HPDA son una sección de humor que tiene el resumidero de infundios...