Copesa cerró sorpresivamente su revista dedicada a star system criollo. Y Sebastián Piñera tomó hace menos de un mes el control de SQP, la factoría más importante de chismes alrededor de animadores y futbolistas. Ahora, nadie quiere verse asociado al formato del que todos disfrutaron durante casi una década, pero que ha comenzado a enlodar las marcas de la industria cultural. Sigue leyendo
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