Nunca ha sido brillante pero sí muy astuto. La mezcla de gustos pop con acceso privilegiado a empresarios influyentes lo hizo ganar en Santiago, a pesar de que pocos apostaban a que podía vencer a un "príncipe" como Ravinet y más de alguno lo miraba por encima del hombro. Con todo, los problemas para el nuevo alcalde ya comenzaron, junto con su debut en las grandes ligas de la política. Sigue leyendo
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