En otra columna el diplomático había insinuado una comparación entre Bachelet y Mary Poppins
Culto y muy respetado por sus amigos, en la DC es uña y mugre con Gutemberg Martínez, fue parte del histórico grupo de los “salvadoreños”, y algunos incluso ven su huella en el famoso “Carmengate”. Fanático de los libros y el cine, el filósofo que terminó de irritar a la Presidenta, ya había insinuado en una anterior publicación de prensa que no dejaría de cultivar la crítica al poder aunque fuera parte del juego. Mal que mal, siempre ha coqueteado con los medios: desde la radio y una editorial, hasta la revista Hoy, a la que intentó convertir sin éxito en la más irreverente de la transición. Sigue leyendo
No hay comentarios.:
Publicar un comentario