viernes, 3 de julio de 2009

Silencio en la sala

Estimado lector de este blog:

Sabiendo de su interés por la eficiencia, la transparencia, el buen manejo y administración de las empresas estatales y los recursos de todos los chilenos le mando los enlaces a un extenso reportaje que publicamos en EL MOSTRADOR en tres partes respecto a cómo se privatizó la empresa periodística La Nación S.A.


La Nación Gate I: cómo se privatizó el diario "del Gobierno"


La Nación Gate II: el comienzo del club privado

La Nación Gate III: todo el poder y las redes políticas y personales de Colliguay S.A.

Le escribo así querido lector porque he recibido varios mensajes de gente que habla de una supuesta "guerra" con el diario La Nación y como dicha afirmación no es efectiva, me gustaría poner en el contexto correcto la extensa investigación de Alejandra Matus.

Fuera de las pasiones opuestas que puede provocar este tema leído en caliente bajo una lógica muy chilena de "amigo/enemigo", el punto central no es si el periódico perteneciente a la empresa La Nación S.A. es oficialista, poco oficialista o de oposición. Esa discusión quedará para aquellos que aún entienden la industria periodística y los medios como una disputa de trincheras bajo el signo de la Guerra Fría.

Lo que demuestra el reportaje de la periodista Alejandra Matus con puros datos comprobables es que aquí hubo algo parecido a lo que María Olivia Monckeberg relató en su libro "El saqueo".

Ese es el verdadero trasfondo de la investigación. Como la sinopsis de un filme, esta es la historia de como tres privados, amparados en quizá qué movidas, surgidas de otras operaciones previas, se hicieron del control de una empresa estatal con carácter de holding por una suma irrisoria: $19 millones de pesos, que hoy les reporta gruesas utilidades, dietas por directorio y, por qué no decirlo, cierto blindaje ante el escrutinio de los medios.

Si Chiledeportes fue un sonado caso, por el cual un señor llamado Juan Mitchel acaba de ser condenado debido a un asado que costó menos de diez millones de pesos, ¿cómo cree usted que debiera retratarse en la prensa La Nación Gate?

Este trabajo es, en buena medida, el espejo de los costos y silencios sobre los que se construyeron las bases de lo que se conoció como la Transición chilena a la democracia. Pero más aún, evidencia que algunas actitudes no son patrimonio exclusivo de un sector del país, como insisten quienes se arogan una extraña superioridad moral.

Sshhh. No se lo diga a nadie.

2 comentarios:

Milthon Miranda Luna dijo...

"Esa discusión quedará para aquellos que aún entienden la industria periodística y los medios como una disputa de trincheras bajo el signo de la Guerra Fría."

Esta es sin duda una de las sentencias mas lúcidas que he escuchado en torno a este tema.

Yo me atrevería a ir un poco mas allá y señalaría que hoy en día, los contenidos de los medios no están necesariamente alineados con los intereses políticos de sus propietarios. Ejemplos en el mundo y en nuestro país hay por doquier, pero normalmente uno se queda en el lugar común, y en el facilismo que resulta muy funcional a la crítica cómoda y desinformada.

Milthon Miranda Luna dijo...

Otra cosa...
El hecho de que una parte de la propiedad de La Nación SA pertenezca a privados, no obsta a que el Estado pueda vender su participación en dicha empresa.
Con mayor razón aun, si es como afirma el reportaje, que el diario genera grandes utilidades,no sería tan dificil de vender su cuota. La imposibilidad de elegir o no directores solo castigaría el precio de la participación a vender, pero en ningún caso la impediría.