domingo, 17 de abril de 2005

Entrevista Arturo Valenzuela-OEA











La visión de EE.UU. según Arturo Valenzuela, ex asesor de la Casa Blanca para la región
“LA OEA ES UN TEMA MENOR”


Es uno de los últimos fichajes de la oficina de lobby de Enrique Correa. También, de los pocos chilenos que han posado un pie en la Sala Oval. Y quizá el único que lo ha hecho como asesor en temas de seguridad y política hemisférica. Con la experiencia de aconsejar a Bill Clinton y conocer el intríngulis del Departamento de Estado, augura que quien sea electo en la OEA recibirá una entidad debilitada y con casi la mitad de los Estados miembros en contra. Una pena.

Por Miguel Paz / La Nación Domingo (17 de abril de 2005)

-¿Cómo se vio el empate por la presidencia de la OEA en Estados Unidos?
-Desgraciadamente, el tema de la OEA no es un tema muy candente en Estados Unidos. Es un tema menor y hasta cierto punto eso es parte del problema, porque al ser un tema menor es un tema que descuidan los funcionarios de más alto nivel. Este es un tema que se maneja a otros niveles, sin que se haya elaborado una política muy clara y coherente al respecto.
-El analista John Graham dijo en una columna de la revista “Proceso” que la OEA está desahuciada por su falta de dinero e influencia regional. ¿Usted cómo lo ve?
-Creo que la OEA es un organismo que tiene un potencial enorme. No quisiera tampoco exagerar el papel de la OEA, pero puede jugar un papel significativo en el tema de derechos humanos, en el tema de la guerra fría, los procesos de consolidación y continuidad de la democracia en la región. La OEA ha jugado un rol importante en muchas de las crisis de la democracia de las últimas épocas, empezando por Haití, el autogolpe de Alberto Fujimori en Perú y otras instancias de crisis.
-¿Cuál es la importancia de ser el secretario general de la OEA?
-El secretario general juega un rol básico muy importante, pero el papel fundamental lo juegan los países. Un secretario de la OEA funciona solamente si los países líderes de la región valoran el organismo y están dispuestos a trabajar en forma colectiva. Un secretario general audaz y capaz puede ayudar a ese proceso, pero no es determinante. Ahora, en relación a las diferencias entre las opciones chilena y mexicana, la chilena aparece mucho más como una candidatura de Estado que la mexicana, que es más una candidatura del gobierno actual, que tiene muchas disidencias internas.
-¿Estados Unidos ha tenido un desempeño correcto, diplomáticamente hablando?
-Hasta cierto punto el error de origen de Estados Unidos fue pensar que la candidatura de Francisco Flores calaría en el hemisferio, incluso que le beneficiaría en la región, error muy profundo, a mi juicio. Pero por qué se embarcaron en esa candidatura, una razón muy sencilla: el Presidente Bush consideraba a Francisco Flores como un amigo. Y Flores apoyó a Estados Unidos en Irak. Entonces, ese criterio impera sobre el criterio de cuál de las candidaturas en América Latina les podría ayudar más adelante en un posible conflicto con Hugo Chávez, por ejemplo. Eso lo habrán pensado algunos funcionarios, pero la decisión final sobre qué candidatura se va a escoger no se basó en ese tipo de cálculo.
-Por proximidad, lo lógico sería que Estados Unidos apoye la candidatura mexicana.
-Cuando se retira Flores es obvio que si hay un país que el Presidente de Estados Unidos conoce mejor, si hay un presidente con el cual ha tenido una relación accidentada pero más fluida, ese es Vicente Fox.
-Tienen personalidades similares.
-Sí. Además, cualquier cálculo en relación con México no necesariamente lo hace la gente del Departamento de Estado. Ellos trabajan con otra lógica. Pero mucha gente en la Casa Blanca diría: “Estos son nuestros amigos, acuérdense del voto hispano”... Es decir, entran criterios que son distintos y se impone la posición de la Casa Blanca sobre la del Departamento de Estado, que no está tan claramente matriculado con una candidatura como la de México.
-Heraldo Muñoz, el representante de la misión permanente de Chile ante la ONU, es conocido por sus buenas relaciones con Condoleezza Rice. ¿Podría influir ante Estados Unidos por la candidatura de Insulza?
-Leí en la prensa chilena que se mencionaba que Condoleezza Rice había llamado a 16 cancilleres para hacer lobby a favor de Derbez. Según mis fuentes, eso es absolutamente falso. No hubo ninguna intervención por parte de los personeros más altos del gobierno de Estados Unidos en este tema. Esto demuestra la poca importancia que le da esta gente a la OEA. Estados Unidos no hace un cálculo claro. No se mueve en un tema hemisférico buscando avanzar sus intereses con una política coherente y estratégicamente bien diseñada.

SE PERJUDICA LA RELACIÓN CON CHILE

-¿Habría una sobrerreacción bananera en Latinoamérica?
-El problema de Estados Unidos es que nunca tuvo un plan B. Se embarcaron en la candidatura de Flores y cuando uno conversaba con los amigos del gobierno, te decían: “Es un buen candidato. Va a convencer a toda la gente. Aquí los centroamericanos tienen que ponerse de acuerdo, Estados Unidos no se va a meter mucho”. Pero claramente se embarcaron sin pensar en lo que harían si la candidatura fracasaba o, como ocurrió, si se retiraba.
Estados Unidos le hizo un mal favor tanto a Chile como a México. Habría sido más transparente apoyar a uno de los dos candidatos, como lo hizo a último momento y de manera apresurada. Eso es lo que impuso una especie de polarización.
-¿Esto afecta las relaciones de Estados Unidos con Chile?
-Desgraciadamente se perjudica la relación con Chile, una relación que ha sido muy valiosa para Estados Unidos, especialmente con la colaboración de Chile en Haití y en la región.
-¿Podría haber un tercer candidato de consenso a la OEA, como se ha especulado?
-Lo que se debe estar haciendo en este momento, probablemente, es buscar si efectivamente hay otra alternativa de consenso. Ahora pueden ocurrir otras cosas. Yo no sé si efectivamente se retirará uno de los candidatos. Esa podría ser una posibilidad. Pero está complicado, está difícil. En parte, el problema en este momento es que se produjo una polarización que exacerba las dificultades y contraposiciones en la región.
-Con todos los vaivenes de la elección a secretario general, ¿la OEA se debilita?
-Hay dos peleas en esta elección. La primera no se logró: nombrar un secretario general. Eso desmoraliza más a una organización que está en los suelos, y que no puede llevar a cabo sus funciones. La OEA queda muy mal después de la salida de Miguel Ángel Rodríguez, pero también por cómo se llevó a cabo la elección. Aun si se lograse nombrar un secretario general de primera calidad, se han abierto grietas. Eso es malo para la OEA, porque es una organización que trabaja por consenso, tratando de sumar fuerzas y no restándolas.
-¿Es un tanto impresentable tener una votación cinco veces? Más allá del aplazamiento de la elección, quien gane tendrá casi la mitad de los Estados miembros en contra.
-Claro, para uno u otro, si el que gana lo hace por un voto. La dinámica de esta votación, en parte por lo de Estados Unidos con Hugo Chávez, lleva a una polarización artificial, pero al mismo tiempo real por la posibilidad de restablecer una lógica más cooperativa y de construcción de consensos en la región.

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