Pinches películas
Por Miguel Paz / La Nación Domingo (9 de octubre de 2005)
Y resulta que los buenos para nada del jurado del Festival de Cine de Valdivia le dieron el primer premio a una película belga-marroquí. Como estamos en Chile y el certamen se hace en una ciudad edificada por alemanes, frente a un río navegable como las jarras de cebada que chorrean el bigote en la cervecería Kunstmann, no extrañó a nadie que el honorable tribunal -compuesto por “una licenciada en letras, un sociólogo, un ingeniero comercial, una magíster en ciencias sociales”, gente que de cine lee y conoce mucho, pero películas no ha hecho ni una porno casera- le diera el Pudú a “El niño dormido”.
Por primera vez, el respetable tenía a mano un puñado nada despreciable de cintas locales para comparar y elegir, como “Se arrienda”, de Fuguet; “La sagrada familia”, de Sebastián Campos; “En la cama”, de Matías Bize; “Play”, de Alicia Scherson, y otras que se ahogan en el Alzheimer. Pero, claro, tampoco se puede decir mucho más. Quien escribe no estuvo en el festival. No vio ninguna de estas películas. Y sólo está parafraseando el blog “Analízame” de Gonzalo Maza, un gordito que no es Nicolás López que oportunamente le hincó el diente al tema, le dio dos palos a cada nota febril aparecida en la prensa y se propuso relatar lo visto y vivido en los cinco días que duró el asunto.
Ya echaba chispas este reportero cuando supo que “para usted no alcanza el presupuesto”, y se quedó sin mojar las patas en el Calle Calle. Ahí mismo le dijo adiós a cinco días de cine, birra y faso. Chao también a la idea de un blog que siguiera minuto a minuto, chascarro tras porrazo, las vicisitudes del estrellato local, para más encima enterarse después que Néstor Cantillana entró como una fiera a la sala de prensa y le tiró tres palabras -que unidas hacen un improperio- al enviado especial de La Nación porque no le gustó un artículo donde el cronista ponía que la novia del actor se quedó dormida durante una función. Ésa, con un blog y una camarita digital a mano, no la hace Cantillana. Ahí mismo se le muestra la foto de la polola zeta durante la película y “the end”. O al menos la piensa dos veces.
Igual que los luceros que pulularon por el Festival de San Sebastián y le hacían el quite al autor de “Pintxo”, el blog de un obrero de “El País” enviado a fisgonear y a escribir filosofía barata al País Vasco, del tipo: Modelito X, ninguna película, ningún libro. Cantidad de periodistas en fila para entrevistarla: 40. Director de cine X, cuatro películas entre pecho y espalda. Número de noteros en fila: 3.
Pregunta: ¿qué pasa si otros como Maza se lanzaran con sus crónicas medio b-laderas de cosas como esta cuestión tan trivial? Tal vez se sabrían las noticias que sí son noticia. Las que se quedan fuera, que se pierden entre el teclado y la dirección. Es cosa de preguntarle a los creadores de “Prensa Negra”, que ya abrieron inscripciones para recibir esa nota que no salió impresa, televisada o radiotransmitida. Y en esas andan, igual que Mauricio Hofmann, que de tanto darle a las teclas en su blog tiene turulata a Eliana Rozas, la directora ejecutiva del 13, que le pide que ya no escriba más. ¿Eliana, no se estará pasando películas?
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