martes, 19 de junio de 2007

Las revelaciones de Marambio




Cuando le hicimos esta tapa en LND a Max Marambio le cargó. Incluso lo dijo una semana después en las páginas del mismo dominical, tildando mi artículo de "refrito". En ese minuto a mí tampoco me gustó la tapa. No por cómo quedó el tema sino más bien porque ponerle "El 007 de Fidel" era como "musho" a diferencia de mi titular: "El corsario de Fidel", que sí se ajustaba a la realidad y describía mejor el rol que tuvo en su minuto el empresario junto a sus compañeros y amigos de Tropas Especiales, el cuerpo de elite de las Fuerzas Armadas Revolucionarias cubanas.
Eran otros tiempos: de Guerra Fría y bloqueo. Un período en que no había espacio para medias tintas ni para acojonarse o apendejarse ante "la agresión del enemigo imperialista, compañero", en que Fidel le dio "patente de corso" a un selecto grupo de guerrilleros para que recorrieran el planeta haciendo quizá qué tipo de operaciones para financiar a la revolución cubana. Allí estaba el general Ochoa, los gemelos De la Guardia o Jorge Masetti. Todos participaban en el departamento de operaciones de moneda extranjera. No sé si ese era el nombre exacto, pero la cosa es que al grupo lo apodaban "el Money" y su objetivo era bien sencillo: conseguir money, chico. En esa actividad no sólo estuvo Marambio. Otros chilenos que aún se mantienen en el anonimato fueron protagonistas de diversas operaciones.
En la edición del viernes pasado de Qué Pasa, Cristián Bofill entrevista a Max Marambio sobre sus esperadas memorias, tituladas "Las armas de ayer". Por primera vez Max reconoce públicamente haber sido miembro de Tropas.
El libro será lanzado en los primeros días de julio y dicen que promete. Habrá que leerlo. Mientras tanto se puede hojear el publicitadísimo (demasiado a mi juicio) trabajo de Sebastián Edwards: "El misterio de las Tanias" y jugar a identificar a quienes como Marambio, Joaquín Lavín y Enrique Correa, le sirvieron de inspiración a Edwards para construir ciertos personajes y escenas.
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Nota "ony for you" Sebastián: la novela es entretenida pero le falta velocidad y el final es decepcionante. Despide a tu editor, darling).

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