Somos los que tienen VTR 2 (y seguimos sufriendo su despelote)

Hace un tiempo ya escribí latamente de esto pero vuelvo a hacerlo porque el tema me supera. A mediados de diciembre, VTR despidió a 260 personas. Inmediatamente su gente de comunicaciones informó que luego contratarían a más de 600 personas, por lo que en la suma y resta hasta parecía una buena noticia, especialmente porque los nuevos empleados potenciarían su servicio al cliente. Guau!

Veamos. Según reporta El Mercurio en una nota reciente, VTR cerró el año pasado "con ventas por $385.069 millones, un alza de 2% respecto a los $ 375.582 millones del año 2007". A VTR un cliente promedio de triple pack le paga desde 37 mil y más pesos. Quedémonos con la cifra de 40 mil pesos. Al año son $444 mil. En cinco años son $2 millones 220 mil. Suma y sigue. Sin embargo, si tuviera que medir el precio del servicio mensual a partir de su calidad no pagaría ni diez lucas.

¡Una vez más! VTR me tiene incomunicado: sin Internet y sin telefóno (que dicho sea de paso parece que es VoIp o telefonía via Internet y no red fija, por lo cual me estarían cobrando un precio que ni te explico). Hace casi una semana para ser exactos el teléfono residencial no anda o funciona por cinco minutos y luego muere, retoma y vuelve a dormir. La conexión a Internet, ídem.

El primer llamado al call center se traduce en que no hay nada malo señor, tiene que desenchufar el modem y volverlo a enchufar. Algo que el operador repite como un mantra y con la seguridad que sólo Yolanda Sultana tiene cuando se carrilea. Entonces se cuelga el teléfono y se putea un rato. Obviamente, se le hace caso al astrólogo. En una de esas no vaya a ser que tiene razón. Y obviamente no sucede nada.

Se vuelve a llamar al día siguiente. Ahí te dicen que es tu módem el que anda mal y toman nota para enviar un tipo de servicio técnico. No saben a qué hora pero te prometen que el subcontratado sujeto se apersonará durante el día. Pasan las horas, llega la noche. Decides llamar para preguntar -en una de esas el pobre compadre anda perdido- y te largan un nuevo verso. Lean bien porque es a lo Exterminio: hay una intoxicacion masiva en su sector que nos impide enviarle el servico técnico hasta el 24 de marzo.

Pateas la perra. La pobre chica que te escucha al otro lado de la línea seguro ya tiene la oreja mocha como Van Gogh pero amablemente intenta una solución. Aunque no promete nada -como podría si su poder de resolución del problema es casi igual a cero- ingresa una nueva orden y se despide con una lacónica voz que dice: esperemos que vayan mañana, pero se escucha como una súplica.

Mientras, tú sigues pagando. Si se quiere descuento por los días sin servicio usted "debe comunicarse al área Comercial o en sucursal para que se apliquen a su boleta, mas información 6008009000, 107 o a través celulares 02-3100200" (cómo se te ocurre que se responsabilizarán automáticamente por el tema).

Por eso entiendo que los chilenos, mayoritariamente, digan, en una encuesta de Icso-UDP, que quieren más Estado. Nos sentimos en una indefensión tan grande frente a bancos, isapres, caleboperadores, telefónicas y proveedoras privadas de servicios en general, que tu única opción es mirar al viejo Leviatán.

En lo personal no creo que se trate de que el Estado absorba las empresas privadas, como cree la mayoría de los encuestados mencionados. No, eso no. Sino que así como exigimos al Gobierno y sus funcionarios que cumplan con la legislación respecto a transparencia, acceso a información, cumplimiento de promesas y satisfacción por sus servicios -que de otro modo en varios casos ha provocado renuncias o despidos de funcionarios-, también las mega empresas que supuestamente rinden culto a la eficiencia, dejen de joderte la vida y el bolsillo mes a mes.

Sería bonito, en definitiva, como clientes de empresas de servicios a las que les pagas buena parte de tu sueldo, saber que tus derechos del consumidor tienen alguna validez sin tener que optar por una vía judicial.

Posdata: A fin de mes dejo de ser cliente de VTR para pasar rabias con alguno de sus competidores.