Vía El Mostrador
No alcanzó ni a debutar. El 31 de diciembre de 2008, el destacado crítico de cine y columnista, Héctor Soto, renunció a su cargo de director ejecutivo del Festival Internacional de Cine de Santiago (Sanfic), una movida que se anunció con bombos apenas terminó la exitosa versión del Sanfic4 donde la película ganadora fue Tony Manero, de Pablo Larraín, en agosto del año pasado. Por esas fechas Soto entraba de lleno a colaborar en la sección Cultura de La Tercera, el "brazo mediático" del festival, cuyo gestor más importante es la Fundación CorpArtes, dependiente de CorpGroup, el holding de Álvaro Saieh, dueño de Copesa. En el entorno de Soto dicen que aceptó encantado cuando escuchó la palabra "cine" asociada a su nueva función, en la que reemplazaría nada menos que a María Soledad Saieh, la hija del empresario. Pero a poco andar el crítico se enteró de que tenía que salir a hacer sonar el tarro en un tour para conseguir recursos por distintas empresas, porque CorpArtes sólo pone el 20% de las lucas de un festival que cuesta alrededor de $400 millones. Sigue leyendo.
Más en el blog de Gonzalo Maza.
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