Inspiradas en el modelo Wall-Mart del magnate Sam Wallton, las empresas que concentran el 70% de la propiedad del sector, tienen pendiente resolver varios problemas. De acuerdo a una investigación que sirvió de base a un duro informe de la Cámara de Diputados sobre las prácticas del mundo supermercadista, D&S y Cencosud aplican dumping laboral, tienen acusaciones de maltrato a sus trabajadores y cobran intereses exorbitantes a los usuarios de sus tarjetas de crédito.
Según el informe “las tiendas prácticamente obligan a los consumidores a tener tarjeta de crédito, amarrando a éstas promociones y rebajas o vinculándolas a otras compras. Las posee casi el 80% de la población consumidora y pagan tasas de interés anuales de entre 40 y 60%. (Pese a que) las cadenas reciben del sistema financiero créditos con tasas de interés como máximo de un 7% anual. Por lo tanto, aunque estas cadenas no vendieran nada, ya tendrían ganancias sólo por el costo del dinero”.
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