Quien hubiera pensado que uno de los grandes promotores de no arrugar en tiempos de vacas flacas, esté hoy día en un dilema de varios cientos de millones de dólares. Porque el empresario chileno-alemán Horst Paulmann, quien hasta hace un año era por lejos quien llevaba la delantera en proyectos y con un plan al 2010 de mas de 10 mil millones de dólares en ventas en Latinoamérica, hoy ha tenido que parar lo que era su proyecto estrella, con sello Bicentenario, como él llamaba al mega proyecto Costanera Center. Lo más llamativo es que, en palabras de uno de sus colaboradores, Paulmann haya manifestado su arrepentimiento de haberle hecho caso a sus arquitectos en vez de seguir su instinto cuando el sólo apostaba a construir un mall y no ampliar sus inversiones a mega edificios, cayendo incluso en una mediática disputa por quien construía el rascacielos más alto de Chile con el arquitecto-empresario Abraham Senerman, quien finalmente supo leer los tiempos y le vendió a un fondo europeo en mas de 200 millones de dólares el Edificio Titanium. Al parecer los ánimos de Paulmann no serían de los mejores debido al disgusto que le significó tener que reconocer públicamente que su gran proyecto debía ser parado y solamente se construiría por etapas, yendo mucho más allá del 2010, año emblemático, ya que Costanera Center sería su aporte a los 200 años de la independencia de Chile.
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