Pato Navia vía el Referente hace la siguiente reflexión:
"Sub(verso) lo hace de nuevo. Aquí va la última canción del hip-hopero nacional. El jarrazo de agua de la cabra chica gritona a la Ministra de Educación es injustificado. Pero la reacción del gobierno fue patética. El proyecto de reforma educacional languidece en el Congreso. Y el mismo gobierno que llama a la gente a participar, termina ordenando que los carabineros tiren agua a los manifestantes con los guanacos. "Nos mojan, los mojamos", dicen ahora los estudiantes.
María Música queda como una heroína y el gobierno anda haciendo el ridículo. Ni hablar de la estrategia comunicacional. Una niña de 14 años tiene más fuerza que todo el segundo piso comunicacional de La Moneda que dirige el inepto Juan Carvajal. Hasta el vocero de gobierno admite la preocupacion al celebrar (al comentar los resultados de una encuesta), "pasamos agosto". Como si el gobierno fuera, en el estereotipo de la frase, un anciano que espera su pronta muerte. Lo dijo el propio Vidal.
En fin. El gobierno le hace la vida fácil a Sub(verso), aquí (arriba) la canción en youtube, a propósito de participación ciudadana".
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miércoles, 6 de agosto de 2008
El jarrazo de Sub(verso): Música para los oídos del gobierno
martes, 15 de julio de 2008
Las aguas de Mónica Jiménez y María Música
El "jarronazo" con agua que recibió ayer la ministra Mónica Jiménez de parte de la joven de 13 años María Música de nada sirve a que los argumentos de los estudiantes sean validados por la sociedad. Muy por el contrario, refuerzan la idea de aquellos que buscan presentar las movilizaciones de los pingüinos contra la LGE como una chiquillada sin sustento.
Dicho esto, así como uno no puede avalar la acción de la frustrada estudiante tampoco es aceptable que Jiménez diga que el agua por lo menos no es como la que tiran los "guanacos" a los jóvenes. La declaración es tan desafortunada como el acto que la provocó.
En un país que se precia de ser democrático, administrado por un gobierno autodenominado "ciudadano", se esperaría que los "pingüinos" tengan libertad de ejercer sus derechos de expresión y reunión pública sin ser reprimidos, ni recibir lumazos, ni respirar bombas lacrimógenas o ser bañados por aguas tóxicas de Fuerzas Especiales de Carabineros.
¿Por qué? Simplemente porque la democracia se prueba en las horas más difíciles y ante las opiniones contrarias a las de uno. Sostener a estas alturas que el Estado debe intervenir a través de Carabineros para mantener el orden público cada vez que los estudiantes protestan no es sólo demodé. Es contrario a las prácticas de las policías profesionales de países con que Chile suele compararse.
Ni agua limpia para la ministra. Ni agua turbia de guanacos para María Música.
Al respecto recomiendo leer en El Mostrador:
El "secreto de Estado" que pesa sobre las bombas lacrimógenas: Ni Defensa ni Salud se hacen cargo de su control
Dicho esto, así como uno no puede avalar la acción de la frustrada estudiante tampoco es aceptable que Jiménez diga que el agua por lo menos no es como la que tiran los "guanacos" a los jóvenes. La declaración es tan desafortunada como el acto que la provocó.
En un país que se precia de ser democrático, administrado por un gobierno autodenominado "ciudadano", se esperaría que los "pingüinos" tengan libertad de ejercer sus derechos de expresión y reunión pública sin ser reprimidos, ni recibir lumazos, ni respirar bombas lacrimógenas o ser bañados por aguas tóxicas de Fuerzas Especiales de Carabineros.
¿Por qué? Simplemente porque la democracia se prueba en las horas más difíciles y ante las opiniones contrarias a las de uno. Sostener a estas alturas que el Estado debe intervenir a través de Carabineros para mantener el orden público cada vez que los estudiantes protestan no es sólo demodé. Es contrario a las prácticas de las policías profesionales de países con que Chile suele compararse.
Ni agua limpia para la ministra. Ni agua turbia de guanacos para María Música.
Al respecto recomiendo leer en El Mostrador:
El "secreto de Estado" que pesa sobre las bombas lacrimógenas: Ni Defensa ni Salud se hacen cargo de su control
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